
Promovido desde el Partido Popular Europeo y la ultraderecha sesionó la víspera en la sede de Estrasburgo del Parlamento Europeo un nuevo debate, el noveno, para tratar de sentar a la isla en el banquillo de los acusados con el tema de los derechos humanos, pero fue el bloqueo estadounidense el que terminó en esa condición.
Más allá de los ataques contra la nación antillana, podría decirse, a juzgar por lo sucedido en esta ciudad del oriente francés, que fracasó la acción para desacreditar el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la UE y Cuba, suscrito en 2016, defendido incluso por la Comisión Europea, el poder ejecutivo del bloque de 27 Estados miembros.
Este acuerdo no es una manera de ignorar nuestras diferencias, y sí una vía para abordarlas, afirmó en el foro la vicepresidenta de la Comisión Europea Kaja Kallas, la alta representante para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad.
Kallas insistió en la relevancia del diálogo, en las áreas de intercambio existentes, entre ellas la transición ecológica y la modernización económica, y en el derecho de un país soberano a tomar sus propias decisiones.
La alta representante se hizo eco en sus intervenciones del discurso anticubano en materia de derechos humanos, sin dejar de respaldar la iniciativa y de destacar los lazos históricos entre la isla caribeña y el viejo continente.
Para varios eurodiputados que participaron en el debate, señalar a Cuba y fustigar el acuerdo constituyen una postura hipócrita, que hace el juego al bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impone a la mayor de las Antillas desde hace más de seis décadas.
¿Con qué autoridad hablan de derechos humanos, mientras la élite europea apoya el genocidio en Gaza?, advirtió la española Irene Montero, integrante de Podemos y del grupo de la Izquierda en la Eurocámara.
Montero manifestó que en tiempos de la guerra comercial lanzada por el presidente Donald Trump contra el mundo, puede comprenderse mejor la amenaza que representa el bloqueo estadounidense para el comercio y los derechos humanos en Cuba.
Ese cerco impide comprar medicinas y productos de primera necesidad; todas las naciones, incluyendo las 27 de la UE, pedimos el fin del bloqueo, menos Estados Unidos y el Estado terrorista de Israel, es Washington y no Cuba el que tiene que estar en la lista de promotores del terrorismo, sentenció.
Por su parte, Leïla Chaibi (La Francia Insumisa) recordó la calurosa acogida a los médicos cubanos que vinieron al viejo continente a enfrentar la Covi-19.
“Ahora la derecha y la extrema derecha quieren suspender el acuerdo UE-Cuba. Hipócritas ¿A quién obedecen ustedes?, a los intereses de Trump hasta en este hemiciclo, que vergüenza”, expuso.
Chaibi instó a la UE a decir basta a las sanciones que Trump pretende endurecer contra el país caribeño y evocó la reiterada condena en la ONU al bloqueo.
También la española Ana Miranda (Bloque Nacionalista Gallego) denunció la cruzada contra el país caribeño y el intento de algunos en el Parlamento Europeo de volver a los tiempos de José María Aznar, jefe del Gobierno español que promovió en los 90 la llamada posición común, mediante la cual se cortó la relación con Cuba.
Son cómplices del bloqueo y no les importa el sufrimiento de un pueblo honesto, valiente y solidario como el cubano, ya lo vimos ayer, cuando impidieron un debate sobre Gaza. ¿Por qué no piden la anulación del acuerdo UE-Israel?, subrayó. A juicio de Miranda, en la derecha y la extrema derecha atacan el diálogo con Cuba porque prefieren el odio a la cooperación.
Eurodiputados de Bélgica, España, Francia, Italia y Portugal participaron ayer en la propia sede de la Eurocámara en Estrasburgo en un foro en el que apoyaron a la isla, rechazaron el bloqueo estadounidense y valoraron la importancia del acuerdo que se intenta cuestionar.
En el encuentro estuvo invitado el embajador de Cuba en Francia, Otto Vaillant, quien expuso aspectos de la realidad de la mayor de las Antillas, en particular las consecuencias para sus habitantes del bloqueo.
El diplomático compartió detalles del reforzamiento de la guerra económica contra Cuba, con medidas como su reinclusión por Trump en la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo.
Asimismo, destacó la resistencia del pueblo cubano y agradeció la solidaridad internacional, y en este caso el acompañamiento de los eurodiputados.