Los acreedores de este estímulo monetario son el máster en Ciencias Ramón Medina Reyes y la licenciada en Química, Adriana Vega Lapinel, con el desarrollo de un alcohol desinfectante, decisivo en el enfrentamiento a la Covid-19.
“El trabajo tuvo su génesis durante la pandemia, etapa que coincidió además con la falta de aprovisionamiento, lo que nos hizo replantearnos la producción de productos alternativos”, expone Ramón Medina Reyes.
“Empezamos utilizando como humectante del alcohol la glicerina, una materia prima importada que posteriormente estuvo deficitario, lo cual nos obligó a buscar otra solución.
“Finalmente utilizamos el sorbitol, de producción nacional, con muy buena aceptación por la población”, explica Medina Reyes.
El alcohol desinfectante, añade, es sostenible en el tiempo, pues sus materias primas se encuentran en el territorio nacional y no requiere de importación.
Sobre la experiencia expone su coautora Adriana Vega Lapinel: “La idea era crear un producto antibacterial para combatir los gérmenes, de fácil aplicación y cómodo de usar para las personas, pues muchos se quejaban de que al emplear el alcohol al 70% las manos se les resecaban.
“Se usaba el hipoclorito de sodio, pero tenía algunos inconvenientes, entre estos, que podía dañar pieles y vías respiratorias de personas muy sensibles y deteriorar la vestimenta.
“Nos centramos en buscar una nueva materia prima, que tuviera el mismo efecto que el gel antibacterial, pero que a su vez, no se resintiera tanto en las manos. El sorbitol fue nuestra opción toda vez que se cormprobaron sus efectos microbiológicamente”, enuncia Vega Lapinel.
Al valorar lo significativo de esta solución devenida producto y próximamente en retribución monetaria, refirieron sus protagonistas:
“Como ser humano haber buscado una solución representó una gran satisfacción, sabíamos que nuestro producto iba a ayudar a la población, no solamente en la desinfección de las manos, también en la de cualquier superficie e instrumentos, siendo útil para instituciones de salud, oficinas y en el hogar.
“En mi caso muy particular mi hijo, por ejemplo, que ejerce como barbero, lo utiliza mucho en la barbería y para eliminar cualquier infección en superficies”, subrayó Vega Lapinel.
Medina Reyes, ofreció sus apreciaciones sobre la importancia del trabajo en equipo y la contribución femenina: “Trabajar en equipo propició que el producto saliera mucho más rápido. Mi trabajo en operaciones es de más análisis y Adriana en definitive posee la preparación y la experticia del trabajo en laboratorio, lo cual permitió que el producto saliera con la rapidez que exigían la economía, la fábrica y la población.
Al referirse al rol de la figura femenina y su impacto en los diferentes frentes de la fåbrica, apuntó Medina Reyes: “La mujer le aporta un mejor sentido al trabajo, en cuanto a organización, sacrificio. Siempre pone su toque femenino y eso, aunque no salga estadísticamente, es una fortaleza”.
El alcohol desinfectante se comercializa actualmente en varios puntos de la geografía nacional: Villa Clara, Camagüey, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y Las Tunas.
En Granma, se expende la tienda de Medilip, enclavada en el mercado Luis Ramírez López, de Bayamo, y en el área conocida como El Chapuzón.