Esta celebración que tiene lugar cada 8 de mayo fue una iniciativa promovida por el recordado maestro y músico Adalberto Álvarez (1948-2021) desde el año 2019, para honrar a dos icónicos soneros nacidos este día en esta isla: Miguel Matamoros en 1894 y Miguelito Cuní en 1917.
Adalberto también expresó que la efeméride es un homenaje a esta expresión músico-danzaria y al legado musical de tantos exponentes que han dejado huella en el panorama musical nacional y mundial.
Sindo Garay, Benny Moré, Adalberto Álvarez, Compay Segundo, Arsenio Rodríguez, Pacho Alonso, Eliades Ochoa, y muchos más respetables cultores han dado gloria a este género que hoy ostenta la condición de Patrimonio Inmaterial de la Nación.
En una entrevista el maestro Adalberto (reconocido como el Caballero del Son) expresó que «siendo el son el padre de todos los ritmos de la música bailable, pues creo que por derecho propio debe ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».
Y es que el son cubano es identidad y cultura, no solo de la isla, sino de Latinoamérica y el mundo por la gran influencia que ha tenido en el devenir musical y en los propios bailadores, según especialistas.
Como dijera el gran Ignacio Piñeiro por los años 20 del pasado siglo: «El son es lo más sublime para el alma divertir».