Por: Lianet Pérez.
ʻʻSeñores: La hora es solemne y decisiva. El poder de España está caduco y carcomido. Si aún nos parece fuerte y grande, es porque hace más de tres siglos que lo contemplamos de rodillas. ¡Levantémonos!ʼʼ. Carlos Manuel de Céspedes.
Con esa convicción el patricio bayamés protagoniza el grito libertario del 10 de Octubre de 1868.
De igual manera, Céspedes trazó estrategias para llevar la guerra a todo el país, promovió la idea de darle un carácter nacional a la contienda, anhelando llevarla al occidente.
Al valorar esas acciones Fidel Castro expresó: “No hay, desde luego, la menor duda de que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo —heterogéneo todavía— que comenzaba a nacer en la historia.”
José Martí organizador y guía de la Revolución del 95, también comprendió la grandeza de Céspedes al escribir: “Es preciso haberse echado alguna vez un pueblo a los hombros, para saber cuál fue la fortaleza del que, sin más armas que un bastón de carey con puño de oro, decidió,cara a cara de una nación implacable, quitarle para la libertad su posesión más infeliz como quien quita a un tigre su último cachorro.” “(…) Y no fue más grande cuando proclamó a su patria libre, sino cuando reunió a sus siervos, y los llamó a sus brazos como hermanos”