Negarles el acceso a los alimentos y suministros básicos tendrá consecuencias de por vida para los infantes palestinos, en el caso de que sobrevivan, advirtió en un comunicado la organización.
Un millón de ellos en ese enclave costero no tienen suficiente comida, incluidos unos 335 mil menores de cinco años que corren el riesgo de sufrir desnutrición grave o inanición, subrayó.
“Esta es una catástrofe totalmente provocada por el hombre que está causando daños físicos y mentales devastadores a los niños, con consecuencias potencialmente mortales y que alteran la vida”, denunció Hannah Stephenson, directora global de Políticas y Promoción, Salud y Nutrición de Save the Children.
Stephenson señaló que a medida que experimentan un aumento del hambre, sus cuerpos se debilitan, sus músculos comienzan a desgastarse, su visión se nubla y sus sistemas inmunológicos fallan.
Las enfermedades son inevitables, y la neumonía y la diarrea son las principales causas de muerte de los niños en este estado debilitado, alertó.
Por su parte, Elizabeth White, directora de Save the Children en los territorios palestinos ocupados, subrayó que “la privación de alimentos, agua y medicinas hace casi imposible la supervivencia infantil en Gaza”.
Esta semana, la ONG denunció que más de mil infantes palestinos perdieron una o las dos piernas en la Franja desde el 7 de octubre por los bombardeos israelíes.
Muchas de esas amputaciones se realizaron en difíciles condiciones porque el sistema de salud allí está paralizado por el conflicto y existe una gran escasez de médicos y enfermeras, así como suministros médicos, incluido anestesia y antibióticos, apuntó.
Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, afirmó el pasado mes que Gaza es en la actualidad el lugar más peligroso del mundo para ser niño.