
Trump declaró el martes por la mañana que adquiriría un nuevo Tesla como “muestra de confianza y apoyo a Elon Musk, un verdadero gran estadounidense”. La secretaria de prensa Karoline Leavitt confirmó a los periodistas que el vehículo se dirigía a la Casa Blanca y que Trump pagaría el “precio total del mercado”. “Quizás veamos al presidente en un Tesla más tarde esta tarde”, añadió.
Musk, quien dirige Tesla, la plataforma de redes sociales X y la empresa espacial SpaceX, también se desempeña como asesor de Trump en la revisión y reducción del gobierno federal. En un mensaje en redes sociales, Trump elogió a Musk:
“Elon Musk está ‘arriesgándose’ para ayudar a nuestra nación, ¡y está haciendo un TRABAJO FANTÁSTICO! Pero los lunáticos de la izquierda radical, como suelen hacer, están tratando de boicotear ilegal y colusivamente a Tesla, uno de los grandes fabricantes de automóviles del mundo, y el ‘bebé’ de Elon, para atacar y hacerle daño a Elon, y todo lo que representa”.
Además de los problemas financieros de Tesla, Musk ha enfrentado otros desafíos. Recientemente, X fue objetivo de un “ciberataque masivo” que interrumpió la plataforma, y los dos últimos lanzamientos de prueba del cohete Starship terminaron en explosiones.
La Casa Blanca no proporcionó detalles sobre cómo se gestionaría la compra del Tesla o dónde se guardaría el vehículo. Cabe destacar que los presidentes rara vez conducen por razones de seguridad. Sin embargo, este anuncio representa otro ejemplo de cómo Trump ha difuminado las líneas entre los intereses privados y públicos.
Durante su primer mandato, Trump promovió los productos de su hija Ivanka, y en su campaña de reelección respaldó una criptomoneda con su nombre. No obstante, es poco común que el presidente utilice su propio dinero para apoyar a un aliado, independientemente de su importancia.
Musk, la persona más rica del mundo, ejerce una amplia influencia en la administración de Trump a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y viaja frecuentemente con el presidente. En una entrevista con Fox Business Network, Musk admitió que manejar sus múltiples negocios mientras asesora al gobierno es un desafío: “Con gran dificultad”, dijo.
Tesla también ha enfrentado protestas y actos de vandalismo recientemente. La policía investiga disparos en un concesionario de Oregon, y bomberos examinan un incendio que destruyó cuatro Cybertrucks en Seattle.
Además, Musk ha generado controversia al presentar estimaciones infladas de fraude en programas gubernamentales como la Seguridad Social, lo que llevó a los demócratas a acusarlo de planear recortes. “La mayor parte del gasto federal se destina a prestaciones sociales”, dijo Musk. “Esa es la principal medida que hay que eliminar”.
La Casa Blanca respondió a las críticas en X, calificando a las organizaciones de noticias como “mentirosos” y pidiendo a los demócratas que “ahorren la falsa indignación”. “Estaba hablando claramente del DESPERDICIO en los programas”, publicó la Casa Blanca.
(Con información de AP)
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Las depredaciones de Trump y Musk
En las últimas semanas Donald Trump repitió sus promesas de deportaciones masivas, de imponer aranceles a diferentes países e insinuó la voluntad de ocupar el Canal de Panamá. Por su parte, Elon Musk se dedicó a impulsar a través de su red social X, a las formaciones políticas de ultraderecha europeas.
