
Cubadebate indagó en las respuestas en entrevista con el vicepresidente primero del Inder, Raúl Fornés, quien comentó: “El balance hasta este momento no nos satisface. Hemos crecido en la contratación de atletas, que se ha elevado la calidad de muchos que hoy tenemos contratados, pero el saldo hacia el resultado competitivo en eventos internacionales todavía no está a la altura en estos momentos”.
Y añadió: “Seguimos proyectando, no vamos a renunciar a eso. Tenemos que ajustar un grupo de elementos para que nuestros atletas lleguen a esas competencias fundamentales en su punto máximo de rendimiento y, por supuesto, lograr, sobre todo en los deportes colectivos, la cohesión necesaria para alcanzar esos resultados”.
El vicepresidente primero amplió con detalles que la contratación de atletas, sin dudas, ha sido un elemento que ha venido a revolucionar el tema de la elevación de la calidad de nuestros deportistas. Sin embargo, señaló dos factores que podrían afectar su preparación al máximo nivel en comparación con otros atletas internacionales: “Uno es, por supuesto, el déficit de tecnología y, quizás, la calidad también de nuestras propias instalaciones deportivas”. Y remarcó: “Para nadie es un secreto que no contamos hoy con toda la tecnología, sobre todo la de punta, que se utiliza en el entrenamiento deportivo a nivel mundial, ni con los estándares óptimos en nuestras instalaciones.
Liván Moinelo encabeza los resultados de los cubanos en la liga japonesa. Foto: Prensa Latina
Ese es, además, el primer objetivo que se trazó el Inder, a propuesta también de la dirección del país cuando se evaluó este tema. El propósito fundamental de la contratación es elevar la calidad competitiva de nuestros atletas”.
Detalló que esta estrategia se basa en que “los deportistas acceden a un medio con mejores condiciones de entrenamiento, tecnología avanzada, aplicación de métodos novedosos contemporáneos y, por supuesto, se ven obligados a rendir en espacios de mayor exigencia”.
Subrayó además que “los propios atletas con los que se van a desarrollar y las competiciones en que participarán son, sin lugar a dudas, de un nivel superior al que tenían en sus condiciones anteriores”.
“El principio es que se contrate al atleta sí y solo sí la liga o el país donde va ofrece un rendimiento deportivo y competitivo superior al que tiene en Cuba”, afirmó Fornés.
Y reconoció: “Ese es un principio que generalmente se cumple, aunque no en todos los casos se ha logrado. Ese es uno de los retos que tenemos por delante para cumplir con el primer objetivo”.
“Porque si no, fue por gusto”, advirtió con énfasis. “Solamente estaríamos beneficiando a ese atleta personalmente: elevando su condición atlética, mejorando su rendimiento deportivo y resolviendo un problema económico -que también es otro de los objetivos que subyace en este proceso-, pero no se lograría el principal propósito de elevar los resultados deportivos del país”.
Precisó: “Esos son los tres objetivos fundamentales de la contratación de atletas. Al abordar los resultados actuales, explicó: “¿Qué ha pasado hasta hoy? Nosotros hemos venido creciendo paulatinamente en la contratación de atletas. Hoy en el mundo hay contratados en alrededor de 10 deportes”.
Destacó que este crecimiento muestra la voluntad de perfeccionar el sistema, aunque reconoció que aún queda camino por recorrer para optimizar el proceso y alcanzar plenamente los objetivos trazados.
“Hay disciplinas que tienen mayor fuerza: el béisbol, fútbol, voleibol, baloncesto y el balonmano”. Y agregó: “En este último período se sumó el boxeo, con una dinámica diferente al resto. Mientras otros atletas se insertan en ligas profesionales con torneos establecidos, en el boxeo lo que hemos hecho es incorporarlos al circuito profesional existente”.
“Cuando un boxeador pasa al sistema profesional, cambia su régimen de entrenamiento, su preparación e incluso la dinámica competitiva. La exigencia de Cuba es que deben entrenar aquí y solo viajar a las peleas con aprobación de nuestros técnicos”. Subrayó el objetivo final: “Si bien tienen la misma posibilidad de disputar un cinturón mundial, siempre priorizamos proteger la salud del atleta. Esa es una premisa que defendemos en todo este proceso.
El campeón olímpico Erislandy Álvarez combate en el circuito profesional. Foto: Marcelino Vázquez/Cubadebate.
“Para eso el atleta primero se entrena en Cuba, segundo sube al ring con nuestro entrenador, con su entrenador cubano, con el médico cubano”, destacó el directivo. “Ese sigue siendo dirigido y atendido por los cubanos, aunque pelee en el mundo profesional”.
Precisó que “esos son los deportes que tienen mayor número de contrataciones en el exterior, porque hay otros deportes que son más efímeros. Por ejemplo, la lucha tiene un circuito, sobre todo en Alemania, en la Bundesliga, donde se pueden lograr contrataciones. Hay otros espacios en Europa también para este fin”.
En cuanto al ajedrez, explicó: “Tiene un sistema un poco diferente, pero en los propios circuitos pudiera generar premios que benefician a los atletas, aunque no dan beneficios directos para las federaciones, pero sí para el deportista”.
Menos entrega, más precaución
En otro momento de sus declaraciones, Fornés destacó: “Hoy, si lo evaluamos por deporte ha sido provechoso en materia de resultado deportivo la contratación de atletas. Y eso se puede observar en el voleibol masculino, donde empezamos a posicionar nuestros atletas en las ligas más fuertes del mundo”.
“También se aplicó otra política: dar paso a aquellos que optaron por irse al circuito profesional, pero sin abandonar ningún equipo ni contrato, y que luego se reinsertaron en nuestro sistema deportivo”.
“El voleibol masculino ha elevado su calidad competitiva y su rendimiento. De hecho, estuvimos a punto en la pasada temporada de ser el único equipo colectivo en clasificar a los Juegos Olímpicos”.
“En el caso del béisbol, todavía tenemos una deuda”, reconoció el directivo. “Aunque es el deporte que más atletas contrata, persiste una insatisfacción con el rendimiento de estos peloteros cuando son convocados para los eventos internacionales”.
Cuba contra República Dominicana en la primera fecha del grupo B del Premier 12 de Béisbol, 2024. Foto: JIT.
Reflexionó sobre el tema: “Este es un fenómeno que debemos seguir trabajando. Además, ocurre que, a veces, llegan a las competencias en la etapa final de sus contrataciones, después de un año completo con exceso de trabajo en sus ligas profesionales, y no se presentan en su forma óptima”.
Señaló que la situación requiere un análisis profundo para encontrar soluciones que permitan conciliar mejor los compromisos en ligas extranjeras con las necesidades del béisbol cubano en citas internacionales.
“En ocasiones es, digamos, una consecuencia del resultado”, analizó el directivo. “Hay otro factor que estamos evaluando, y que reconozco nos causa insatisfacción: a veces el atleta no rinde lo suficiente con los equipos Cuba”.
Explicó el fenómeno: “Se cuidan para no lesionarse y no perder su oportunidad en el circuito profesional donde están. Las exigencias allí son mayores porque son seleccionados, podrían perder el contrato, y eso psicológicamente influye”.
Reconoció que “a veces no se entregan por completo en las competencias a las que son convocados, lo que afecta los resultados. Son aspectos en los que estamos trabajando hoy y que debemos perfeccionar”.
Detalló los retos: “Tenemos que mejorar en la propia contratación, en las exigencias de nuestros entrenadores y directores de equipos, en cómo manejar a esos atletas y cómo sacar su máximo rendimiento. Esto también depende del nivel de exigencia y disciplina que imponga la dirección del equipo”.
Subrayó que este análisis forma parte del proceso de perfeccionamiento del sistema de contrataciones para garantizar que beneficie tanto al deportista como al movimiento deportivo cubano.
“Pero, es una insatisfacción que hoy tenemos”, reconoció con franqueza el dirigente. “Como nos ha pasado, por ejemplo, con el balonmano. Es un deporte donde tenemos muchos atletas contratados y que no ha respondido en materia de resultados deportivos a lo que esperábamos”.
Precisó con ejemplos concretos: “Fueron últimos en el reciente Campeonato Mundial y así ha sido desde la primera vez. Cuando fuimos a los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014 -que fue el primer equipo que armamos con atletas profesionales- tampoco se obtuvo el resultado esperado. Quedamos en tercer lugar, cuando era un equipo que por las figuras que tenía podía haber logrado el primer lugar sin ningún problema”.
Insistió en que estos casos demuestran la necesidad de seguir perfeccionando el sistema de contrataciones, especialmente en lo referido a la preparación y compromiso de los atletas cuando son convocados a representar al país. “Tenemos figuras de primer nivel, pero no siempre logramos traducir eso en resultados colectivos”, remarcó con tono reflexivo.Raúl Fornés conversa a camisa quitada con Cubadebate. Foto: Cubadebate.
Rendimiento de atletas vs. estancamiento técnico: La asignatura pendiente del deporte cubano
En el gremio periodístico, ¿de alguna manera existe la percepción que los deportistas suben su techo de rendimiento, pero los entrenadores en las selecciones nacionales no? “Lo hemos evaluado en algunos deportes. En el voleibol lo estamos analizando. Tuvimos una experiencia con el entrenador que estaba en el equipo masculino, que, aunque fue un excelente atleta (Nicolás Vives) …” Hizo una pausa reflexiva antes de continuar: …” y aunque también se le permitió prepararse -porque debo decir que en el caso del voleibol existe un programa para capacitar a los técnicos en ligas profesionales-”.
Fornés dejó claro que este desbalance entre el crecimiento individual y los resultados colectivos forma parte de los desafíos que actualmente analiza la institución para optimizar el sistema de contrataciones.
“Hay un programa, pero no ha sido efectivo del todo”, reconoció con franqueza. Y añadió: “Una de las metas que tenemos planteada para la estrategia de este ciclo olímpico es precisamente la actualización de nuestros entrenadores según los métodos que se aplican hoy en el mundo profesional”.
Explicó la urgencia de este cambio: “Necesitamos estar a la altura para entender a esos atletas. Lo hemos visto y comprobado: los sistemas de entrenamiento en las ligas profesionales difieren de los nuestros. Esto genera una contraposición cuando el atleta llega y nuestros entrenadores le plantean métodos que contradicen lo que él ha estado haciendo”.
“Ahí se producen contradicciones que afectan el rendimiento. Es un desafío que debemos resolver con urgencia para optimizar el trabajo con nuestros atletas contratados”.
El directivo enfatizó que esta actualización metodológica es clave para cerrar la brecha entre el desarrollo individual de los deportistas en el exterior y los resultados colectivos del equipo nacional.
¿Qué proyecciones tiene la institución?
“Primero, no vamos a frenar la contratación de atletas. Eso es una política que llegó para quedarse y que vamos a potenciar”. Subrayó el compromiso con esta estrategia: “Mantendremos e impulsaremos la contratación de atletas para seguir elevando su calidad competitiva, lo que debe traducirse en resultados deportivos. Ese es el objetivo fundamental”. Y agregó: “también buscamos que el atleta obtenga un beneficio económico. Es un proceso que beneficia a ambas partes: al deportista y al movimiento deportivo cubano”.
“Hay un tema que quiero aclarar”, precisó el directivo. “La Federación recibe ingresos, pero que no tienen nada que ver con los del atleta”.
Explicó con detalle: “El contrato y los ingresos del atleta son 100% suyos. La Federación no recibe nada de esa parte. Lo que sí negocia con el club que contrata al deportista es entre un 10% y un 20% por derechos de formación”.
Ilustró el mecanismo: “Digamos que un club paga 100,000 dólares por un atleta: esos 100,000 son íntegros para el deportista. Pero si se negoció un 10% o 15% adicional, el club debe pagar ese monto extra a la Federación. Sobre los 100,000, sumaría 10,000, 15,000 o 20,000 dólares por derechos de formación”.“Este sistema funciona así en todo el mundo. Es una práctica establecida que beneficia tanto al atleta como a la Federación que lo formó.
“Algunos piensan que el atleta está aportando parte de su salario, pero no: lo que paga el club a la Federación es por derechos de formación, por la inversión que se hizo en su desarrollo. Esto es completamente normal en el mundo del fútbol y otros deportes profesionales”.
Luego conectó esta política con una visión estratégica más amplia: “Hay otro aspecto clave que vamos a potenciar: la preparación de nuestros entrenadores. Es algo similar a lo que hicimos en los inicios de la Revolución, cuando tuvimos que apoyarnos en técnicos del campo socialista para desarrollar nuestras capacidades”.
“En aquellos primeros años, recibimos ayuda fundamental de entrenadores de países hermanos del campo socialista que nos transmitieron sus conocimientos. Hoy enfrentamos un desafío parecido: actualizar a nuestros técnicos con los métodos que se usan en las ligas profesionales más avanzadas”.
“Estamos trabajando en programas sistemáticos para que nuestros entrenadores puedan acompañar la evolución de los atletas que compiten en el exterior. No es solo sobre contrataciones, sino sobre crear un ecosistema deportivo integral.
“Y apropiarnos de ese know-how que nos ha hecho crecer durante estos 65 años y que puede seguir desarrollándonos”, afirmó. “Algo similar debemos aplicar hoy en muchos deportes, esa es la perspectiva”. Sin rodeos, añadió: “Y hay otro aspecto innegable: ir incorporando tecnología en nuestros deportes y en la preparación de los atletas, en la medida que las condiciones económicas lo permitan.
“Hoy no contamos con esa tecnología de punta que sí hace falta”. Fue categórico al diagnosticar: “También urge mejorar nuestras instalaciones deportivas, llevarlas a estándares internacionales. La realidad es que no tenemos instalaciones que cumplan esos requisitos para albergar competencias de primer nivel: ni un torneo internacional, ni Juegos Olímpicos, ni Panamericanos”.
“Nuestras mejores instalaciones datan de 1991, y ya ni siquiera esas cumplen con los requerimientos actuales”, precisó. “Esa es otra proyección que tenemos hacia el 2032”, explicó Raúl Fornés. “Hemos diseñado una estrategia que no solo mira al 2028, porque hay metas a corto plazo, pero mejorar la infraestructura requiere una visión a largo plazo”.
“Así estamos trabajando en el desarrollo del alto rendimiento. Pero lo más crucial es cómo sostenemos toda la pirámide del alto rendimiento, empezando por su base”.
Alertó sobre un problema estructural: “Tenemos un fenómeno preocupante: cuando nuestras figuras clave se retiran después de largas carreras, muchas veces no tenemos relevos preparados. Ese es justamente uno de los problemas que hoy enfrentamos”.
El directivo dibujó así un panorama donde la planificación deportiva cubana debe simultáneamente resolver urgencias inmediatas mientras construye cimientos para el futuro.
“Eso también hay que admitirlo como una realidad acumulada”, señaló. “Llevamos más de ocho años, casi nueve, sin poder garantizar los medios deportivos básicos en los combinados. Esto responde a múltiples factores que han condicionado el desarrollo del deporte de base”.
Explicó las causas estructurales: “Por un lado están las limitaciones económicas objetivas. Por otro, el hecho de que siempre el deporte cubano se sustentó en la producción nacional de implementos deportivos. Sin embargo, desde hace más de una década esta industria ha venido disminuyendo su producción hasta casi desaparecer”.
Detalló el impacto: “Esta situación afecta la base del sistema, que es donde se genera la masividad, se detectan los talentos y se sustenta todo el edificio del alto rendimiento. Llevamos casi una década sin poder mantener este engranaje fundamental”.
El balonmano sigue con deudas en eventos internacionales. Foto: Cubadebate.
“Entonces, ¿cómo puede un entrenador trabajar con las nuevas tecnologías que hoy se aplican en el mundo, si su formación está alejada de esa realidad?”, cuestionó el vicepresidente del Inder. “Trabajamos en reformar este aspecto, incluso proponiendo nuevas salidas dentro de la Licenciatura en Cultura Física que permitan formar específicamente entrenadores de fútbol”.
Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, Manuel Fajardo. Foto: UCCFD.
Explicó el problema de fondo: “Hoy la carrera ofrece una formación general, sin especializar al licenciado en entrenamiento deportivo. Con el tiempo, los programas de estudio se fueron generalizando, algo que ocurrió en casi todas las carreras, pero que en la nuestra tiene un impacto mucho más crítico”.
Señaló los avances: “Estamos revisando este tema junto al de medicina deportiva. Así, la estrategia se desarrolla en dos vertientes: el alto rendimiento, con todo lo que ya expliqué, y el trabajo con la reserva deportiva para potenciarla”.
Anunció próximos pasos: “En la ley que debe aprobarse en julio, estamos definiendo varios aspectos innovadores. Uno de ellos es la determinación de los deportes priorizados, que marcará el rumbo de nuestro trabajo interno”.
El directivo subrayó que estas transformaciones buscan cerrar la brecha entre la formación académica y las exigencias actuales del deporte de alto nivel, garantizando que entrenadores y atletas cuenten con herramientas acordes a los tiempos.
“Porque ¿qué pasa? Hoy trabajamos con alrededor de 37 deportes en el alto rendimiento”, y enfatizó: “Con los recursos limitados que tenemos, es imposible mantenerlas todas, cuando en la élite mundial no todas aportan resultados en el medallero -que es finalmente lo que posiciona a Cuba internacionalmente”.
Comparó con estándares con el resto del mundo: “Esto no existe en ningún otro país. Ninguna nación invierte por igual en todos los deportes sin considerar su rendimiento. El mundo focaliza recursos donde hay resultados”.
Aclaró la estrategia del país: “No proponemos abandonar los 37 deportes. Lo que decimos es que, para sostener resultados internacionales, debemos definir prioridades: concentrar atención desde la base hasta el alto rendimiento en deportes estratégicos. Por ejemplo, la lucha -que todos sabemos es prioritaria- fue la que ‘sacó la cara’ en la última Olimpiada, aportando cinco de las medallas totales”.
Reveló una contradicción actual: “Aunque la priorizamos, hay provincias y municipios donde la lucha no tiene las condiciones básicas para formar futuros medallistas olímpicos. Ese es el cambio necesario: que la priorización se materialice en toda la cadena de formacióLa lucha cubana es un deporte priorizado. Foto. Ricardo López Hevia/Granma.
El directivo destacó que este reordenamiento responde a una necesidad práctica de optimizar recursos, no a un abandono de disciplinas, buscando que los deportes estratégicos reciban apoyo integral para garantizar su sostenibilidad competitiva.
“Aunque en el discurso se declare prioritaria una disciplina, objetivamente no logramos materializarlo”, reconoció el directivo. “Los recursos actuales no alcanzan para garantizar el desarrollo integral de deportes como la lucha, desde la base hasta el alto rendimiento. Y este patrón se repite en otras disciplinas”.
Anunció la nueva política: “Por eso hoy establecemos claramente qué deportes serán priorizados: aquellos que posicionan a Cuba en los medallero de los Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos. Estos recibirán una atención real y coherente en toda su pirámide de desarrollo”.
Explicó el criterio de selección: “No se trata de preferencias arbitrarias, sino de focalizar recursos donde existen resultados concretos y potencial comprobado”.
“Estamos hablando de la regionalización del deporte, que es un fenómeno nuevo, una dimensión nueva que estamos proyectando, que se aprobará también con la ley”.
“Si en Guantánamo nunca se ha practicado el patinaje, nosotros no podemos imponerle a esa provincia que practique el patinaje, ni decirle en la EIDE “tú tienes que tener una matrícula de patinaje”. Y subrayó que este enfoque busca adaptar el desarrollo deportivo a las realidades y tradiciones de cada territorio, rompiendo con esquemas uniformes que no consideran las particularidades regionales. “La nueva ley recogerá este principio de regionalización como política oficial”, afirmó.
Este planteamiento representa un cambio significativo en la estrategia de formación deportiva en Cuba, al reconocer que el potencial atlético varía según las condiciones y tradiciones de cada región del país.
“Porque lo que estamos haciendo es mantener ahí a personas que nunca van a tener resultados”, argumentó con franqueza. “No está en su cultura, no está en su idiosincrasia, no está en su historia el desarrollo del patinaje”.
Planteó la alternativa concreta: “En Guantánamo tenemos que desarrollar los deportes que tradicionalmente se han practicado. Disciplinas que el pueblo sigue, donde existe una cultura deportiva arraigada y que, además han dado resultados”.
El directivo enfatizó que este enfoque busca optimizar tanto los recursos como el potencial humano, respetando las tradiciones deportivas regionales que han demostrado ser fructíferas para el alto rendimiento. “No se trata de limitar oportunidades, sino de potenciar donde existen condiciones reales de éxito”, subrayó.
“Y eso lo tenemos que aplicar igual a nivel municipal”, continuó explicando Raúl Fornés. “Estamos hablando para los que tributan al alto rendimiento. Porque hay un principio: en la base no son 37 deportes, tenemos que llegar a ofrecer hasta 60 disciplinas. Que, en el Consejo Popular, en un combinado deportivo, cualquier persona tenga la oportunidad de practicar el deporte que desee”.
Precisó la estrategia de desarrollo: “Pero cuando comienza la pirámide a ascender hacia el alto rendimiento, ahí aplicamos la concepción de regionalización. Y también regionalizamos la ate
Ilustró con un ejemplo: “El hockey es un deporte muy exigente que requiere implementos costosos y una pista especial -terreno sintético normalmente, aunque se puede trabajar en césped. La realidad es que no tenemos condiciones para mantener una cancha de hockey con todos los requerimientos en todas las provincias del país”.
Raúl Fornés enfatizó que este enfoque diferenciado busca garantizar tanto la masividad en la base como la eficiencia en el alto rendimiento, adaptándose a las realidades económicas y logísticas del país. “No se trata de limitar sueños, sino de optimizar recursos donde realmente puedan rendir frutos”, aclaró.
“Pero podemos hacer un centro regional donde podamos concentrar esos talentos del hockey que salen de diferentes provincias. En Ciego de Ávila nosotros tenemos hoy un terreno sintético de hockey, que puede ser convertirse en el centro regional del hockey sobre césped, porque ahí están todas las condiciones creadas”.
“Y estamos planteando rescatar lo que perdimos en un momento determinado”, afirmó… Me refiero al sistema de base, a las antiguas pre-EIDE que desaparecimos en su momento. Ahora proponemos recuperar las escuelas de preiniciación deportiva. También estamos planteando rescatar las ESPA, tanto a nivel provincial como nacional, que igualmente perdimos”.
Explicó el objetivo estratégico: “La intención es reconstruir esa pirámide que nos llevó hasta el quinto lugar en Barcelona 92. Porque hay que decir las cosas claras: llevamos unos 9 años sin invertir adecuadamente en el deporte en la base, y la desaparición de las ESPA nos ha costado resultados. Rompimos un eslabón fundamental: el que conectaba las EIDE con los equipos nacionales”
“Volver a esas raíces no es nostalgia, es necesidad competitiva”, remarcó, “destacando que la reconstrucción de estos eslabones intermedios es clave para el futuro del deporte revolucionario”.
Reveló datos alarmantes: “Nos costaba perder alrededor de 1500 talentos todos los años. Todos los años. Esos no son números inventados ni fríos, esos son concretos”.
“Ese atleta que terminaba el duodécimo grado en la EIDE y que todavía no estaba en condiciones de llegar al equipo nacional, pues lo perdíamos completo. “Son 1500 historias potenciales que se nos escapaban anualmente”, lamentó.
“Entonces teníamos que coger un niño de casi 18 años, llevarlo al equipo nacional y acelerar un proceso que no siempre es bueno”, reflexionó el vicepresidente del INDER. “Nosotros ya comprobamos que ese método no siempre da buenos resultados, eso nos pasó y hoy nos está costando caro”.
Reconoció los múltiples desafíos: “Hoy enfrentamos varias insuficiencias -ya hablamos de la preparación de los atletas, las condiciones de las instalaciones, los medios de implementación deportivo, entre otros problemas objetivos-.” Pero enfatizó en la raíz del problema:
“Independientemente de eso, la ruptura de ese sistema nos costó resultados. Y ahora vamos a rescatarlo.”
Anunció medidas concretas: “Cuando se apruebe la ley, se institucionalizarán las academias deportivas como parte de este esfuerzo de reorganización”. El directivo dejó claro que la solución no pasa solo por corregir carencias materiales, sino por reconstruir un sistema formativo que respete los procesos naturales de desarrollo atlético, evitando los saltos abruptos que han demostrado ser contraproducentes. “Estamos rectificando con hechos, no solo con palabras”, subrayó.
“Eso no se hacía porque surgió de una resolución del INDER”, explicó el vicepresidente, “y nosotros no tenemos facultades sobre instituciones ministeriales. Nunca se implementó como debía, y las academias quedaron a voluntad de los gobiernos locales y direcciones provinciales. Si tenían condiciones, lo hacían”.
Anunció el cambio estructural: “Ahora la ley va a institucionalizar este sistema, dándole respaldo presupuestario, asignación de recursos y aseguramientos oficiales que hoy no existen. Esto permitirá estandarizar el proceso en todo el país”.
Puso un ejemplo concreto: “Son estas las transformaciones que estamos impulsando y que deben quedar refrendadas en la nueva ley. Todo este conjunto de medidas nos permitirá, hacia el 2032, devolver al deporte cubano a los estándares competitivos que alguna vez tuvimos”.
El directivo enfatizó que esta institucionalización resolverá el actual estado de inconsistencia, donde el desarrollo de talentos dependía de capacidades variables en cada territorio, garantizando ahora un sistema coherente y respaldado estatalmente para todo el país. “No es un cambio cosmético, es estructural”, remarcó.
“Hacia el 2032 tenemos la visión, pero para el 2028 debemos trabajar con lo que tenemos”, afirmó con realismo el directivo. “Los atletas que irán a Los Ángeles ya están en el equipo nacional. Eso no admite otra lectura. ¿Esperamos que Cuba participe? Por supuesto, aunque todo depende de Trump y el escenario internacional. Nosotros no ponemos obstáculos”.
Se refirió a las dificultades actuales: “Si el Gobierno estadounidense mantiene su política de negar visas, impidiéndonos asistir a competencias en su territorio, simplemente no iremos y haremos otras cosas. No sería la primera vez. Ya en 1984 faltamos a Los Ángeles… Parece que esa ciudad no nos trae buena suerte”, comentó con ironía.
Sin embargo, aclaró: “Estamos totalmente preparados para asistir. Nuestra mirada está puesta ahí, entrenando para volver a estar entre los primeros países del mundo. Es un objetivo duro, complejo, pero es nuestro propósito”.