Atención al paciente diabético: entre la sensibilidad y la empatía

Hoy en todo el planeta se celebra el Día mundial de la Diabetes, una enfermedad que sigue sin mostrar signos de disminución y que con la prevención adecuada, buenos tratamientos y educación a los pacientes puede controlarse satisfactoriamente.

Yalily Grinn Rutans, licenciada en Psicología, y especialista en Psicología de la Salud en el Centro de atención y educación al paciente diabético, de Granma, es una persona que transpira pasión por lo que hace, es muestra de entrega y compromiso. No importa cuáles sean las circunstancias, regala una sonrisa a sus pacientes cada mañana.

“Me gradué hace 29 años y aquí llevo 15, realmente mi pasión siempre ha sido la terapia clínica. Mi trabajo en la Casa del diabético, como comúnmente se conoce, es una experiencia única, no se queda en el plano profesional, va mucho más allá.

“En este centro laboro con expertos en la enfermedad, quienes no minimizan
la importancia de la Psicología como ciencia. Es estimulante ser escuchada por mis compañeros, es reconfortante que la valoración psicológica de los pacientes sea incluida en los historiales clínicos para enriquecer los diagnósticos, eso te impulsa a superarte y a ser mejor cada jornada, expresa.

“Con respecto a los pacientes puedo afirmar que es una tarea complicada dado que la Diabetes es una patología que requiere de la colaboración de un psicólogo, es una enfermedad que generalmente aparece de manera repentina, y a la hora de enfrentarla las personas se asustan, porque en el imaginario social es un padecimiento que lleva a las hemodiálisis, las amputaciones, a la ceguera. Casi siempre, en un primer momento, se ve solo el lado oscuro, y no es así, por tanto toca acompañarlos en la reorganización de sus rutinas, toca enseñarles a convivir con la enfermedad, ese nuestro papel, refirió.

“Hay mucho desconocimiento sobre este padecimiento, a pesar de la introducción del internet, y las novedosas vías de búsqueda de información, aún no es suficiente,  y es ahí donde intervenimos nosotros para que los afectados se apropien de las herramientas que dominan ese mal.

“Aquí he conocido a muchas personas valiosas y humildes, razón por la cual ha valido la pena esta aventura, los que sufren por culpa de los altos niveles de azúcar en sangre, necesitan mucho apoyo, ellos presentan muchos miedos, y hay que ponerse en sus zapatos para entenderlos, hay que escucharlos, hay que tratarlos con amor y dedicación, la empatía en estos casos en un factor indispensable.

“Yo le recomiendo a las nuevas generaciones que se están formando en esta especialidad tan bonita, que quieran mucho a las personas tal como son. Quererlas y aceptarlas es el primer paso para que ellos puedan avanzar, enfrentar y combatir la diabetes. A los nuevos psicólogos los invito a que no juzguen, a que no critiquen, sino a que sean empáticos, se instruyan, lean, sean cultos, de ese modo crecerán como profesionales y como seres humanos.

“Ser psicóloga para mí, es ser capaz de entender el sufrimiento humano, sin diluirse, ser empática es la clave. Si yo tuviera que resumir con pocas palabras lo que significa mi trayectoria, diría que es, paciencia, amor, entrega, experiencia, compromiso y sensibilidad”.

La Demajagua

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