Se estrenó como director del equipo de Campechuela con apenas 27 años, pero antes ya había guiado selecciones de categorías menores, tanto de su municipio como de Granma, con las que conquistó varias medallas doradas.
“Era un joven con muchos deseos de aprender y quedé insatisfecho porque queríamos más que el tercer lugar logrado entonces”, comenta sobre aquel estreno en el torneo doméstico, acaecido en 2011.
Ese sabor agridulce volvió a experimentarlo en las series de 2018 y 2019, en los que terminó con la presea de bronce; en cambio, un año después supo conducir a los Azucareros a la cumbre de la provincia, una actuación que repetiría en los siguientes certámenes, celebrados en 2022 y 2023.
“Es difícil para cualquier equipo repetir un campeonato, así que lograr tres de forma consecutiva era complejo”, dice este licenciado en Cultura Física, graduado con título de oro en el año 2008 y quien ya tiene dos décadas de experiencia profesional.
Para él, ese trío de coronas llegó porque “los muchachos han mantenido la unidad, la disciplina, y el deseo de jugar pensando siempre en el resultado colectivo más que en los aspectos individuales; ellos son los principales protagonistas y para mí ha sido un orgullo dirigirlos”.
También elogia la labor del resto de los entrenadores, entre los que menciona a Víctor Bejerano, “que es una persona que aporta mucho no solo desde lo técnico y lo táctico, sino también porque es un hombre que tiene mucha paciencia y analiza de manera muy metódica”.
Habla, asimismo, de Osvaldo Avilés, “motivador, positivo, afable, alegre” y de Geny Nueva, “quien es el preparador físico, una persona muy preparada, y muy profesional”.
“En nuestro equipo todos contribuyen, una de las claves ha sido la estabilidad de la dirección, además de la participación de Juan Navarro, que aunque ya está jubilado se mantiene al tanto todo, nos aconseja y nos brinda clínicas.
Debo referirme al papel de Léster Rodríguez, director del Inder en el municipio, quien nos apoya al 100 por ciento y no es como otros directivos que ayudan, pero se quieren entrometer en las decisiones tácticas y hasta disciplinarias de los entrenadores”, acota.
Víctor, quien nació el 28 de febrero de 1984, reconoce que el cercano torneo de clubes campeones, previsto para iniciar el próximo sábado 27 frente a Holguín, en la Ciudad de los Parques, será un reto para su equipo.
“Los muchachos decían que si ganábamos teníamos que seguir jugando y entonces esto es como un estímulo, lo vamos asumir con la misma motivación.
Campechuela tiene un segundo lugar nacional, así que resultará difícil igualarlo o superarlo, vamos a tratar de avanzar todo lo que podamos.
Si nos llevamos el campeonato sería algo extraordinario para el béisbol del municipio y de Granma.
Nos hemos enfocado en tratar de mantener el mismo nivel con el que terminamos la serie provincial”, expone.
Este entrenador, quien fue coach de banca de los Alazanes en la pasada serie y director de la selección granmense sub 23 (lugar 15 en 2022) admite que sufre al extremo las derrotas, como sucedió en esas dos lides. Pero agrega que de los fracasos también se aprende.
“Cuando no se gana hay que seguir adelante, lo importante es mantener una ética profesional y una ética de trabajo, que la gente te respete por lo que tú eres capaz de hacer.
Que tu forma de actuar sea tu carta de presentación, independientemente de los resultados deportivos”, sentencia.
Al respecto revela que “mi esposa, mis dos hijas pequeñas y mis padres” también viven la amargura de los reveses y las alegrías de los triunfos.
Víctor cumplió misión internacionalista en Venezuela, entre 2008 y 2010 y allá también fue timonel.
Dirigió equipos infantiles en el estado de Amazonas y lo hizo con inmenso placer.
“Me gusta dirigir, lo mismo el sub 23 que un equipo del barrio.
El que dirige tiene que pensar que lleva dos jabitas: la de ganar y la de perder.
Mis sueños son seguir trabajando en la pelota; como a cualquier profesional me gustaría dirigir al máximo nivel, pero sobre todo seguir viviendo todas estas emociones y todas estas pasiones que despierta el béisbol en todos los que lo amamos de esta manera”, concluye mientras observa el trofeo de campeón ganado por Campechuela convincentemente en la última serie provincial.