Maniobras de la OTAN y la respuesta de Rusia

El 24 de enero de 2024, en varios países de Europa, comenzaron los ejercicios militares más grandes de la OTAN en las últimas décadas, Steadfast Defender 2024 (Defensor Tenaz 2024). Según la información oficial publicada en el sitio web de la OTAN, estos ejercicios durarán hasta el 31 de mayo de 2024.

Leonid V. Savin*, colaborador de Prensa Latina

Este será el primer ejercicio interarmas a gran escala de la alianza donde se pondrán a prueba los nuevos planes de defensa.

Ello servirá para comprobar que la OTAN está en condiciones de llevar a cabo y mantener operaciones complejas de amplio espectro durante varios meses y en un espacio de miles de kilómetros, desde el extremo Norte hasta Europa central y oriental, y en cualquier condición.

La pregunta principal es: ¿de quién va a defenderse la OTAN?, dado que los principales funcionarios oficiales de la Federación de Rusia han reiterado que Moscú no pretende agredir a ninguno de los países de la OTAN, aunque en los últimos años han creado allí un estado de pánico y, con el empleo de las herramientas de la ingeniería social y la manipulación mediática, han inculcado a una buena parte de sus habitantes la idea de que Moscú, después de su victoria en Ucrania, definitivamente comenzará una guerra contra otros estados europeos, en primer lugar, los países bálticos que una vez formaron parte de la URSS y Finlandia.

Por lo tanto, estos ejercicios son en realidad una operación defensiva conjunta en respuesta a un hipotético ataque ruso del territorio de uno de los miembros de la OTAN.

Las maniobras durarán cuatro meses completos y se desarrollarán en territorio europeo, desde Noruega hasta Rumania.

En total, 31 países miembros de la OTAN y Suecia participarán en el ejercicio, se incluyen 50 barcos de diversos propósitos, 80 aviones, más de 1100 vehículos blindados y aproximadamente, unos 90 mil efectivos, incluidos 20 mil británicos, 15 mil polacos, 10 mil alemanes y 5 mil holandeses.

Estas cifras son aproximadas, y dadas las otras interacciones rutinarias de la OTAN, así como la operación “Firmeza Atlántica” en curso, no es desatinado esperar una escalada.

Rusia reaccionó desde el inicio mismo de las maniobras. Así las cosas, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, señaló que: “…los ejercicios de la OTAN Steadfast Defender 2024 son francamente provocativos. Durante varios meses, cerca de las fronteras rusas en el territorio de Noruega a Rumania, un grupo de 90 mil efectivos de 31 países miembros de la OTAN, así como Suecia, maniobrarán activamente.

Este paso está deliberadamente dirigido a agravar la situación, aumenta el riesgo de incidentes militares y, en última instancia, puede conducir a consecuencias trágicas para Europa…”.

La provocación también consiste en el hecho de que, por su esencia, no se trata de maniobras de tipo defensivo, sino ofensivo.

Se ha conocido que se pretende desarrollar una operación relámpago para capturar y mantener un “cordón sanitario de Vilnius a Odessa”.

Pero, lo que resulta más significativo y peligroso es que se pretende ensayar ataques nucleares contra las regiones rusas de Leningrado, Arjanguelsk, Murmansk, Smolensk y Pskov.

Los submarinos y buques antisubmarinos que participan en los ejercicios también simularán la destrucción de submarinos rusos en las aguas del mar de Barents y los mares bálticos.

Es importante tener en cuenta aquí que con la adhesión de Suecia a la OTAN (y Turquía acaba de ratificar la solicitud sueca), el mar Báltico se está convirtiendo en un espacio de agua bajo el control de la OTAN. Habrá una militarización de la región, y el Complejo Militar-Industrial sueco se orientará contra Rusia.

Es probable que se establezcan bases adicionales en la isla de Gotland.

La amenaza para la región de Kaliningrado y San Petersburgo aumentará.

Al mismo tiempo, en los ejercicios actuales de la OTAN, se llevará a cabo una simulación de la captura de la región de Kaliningrado. Anteriormente, los Estados Unidos intentaron llevar a cabo escenarios similares de un conflicto militar en la región de Kaliningrado y los resultados fueron decepcionantes para la OTAN: para suprimir los sistemas de defensa aérea de Rusia, será necesario aumentar significativamente la potencia aérea, que en el momento del análisis no era suficiente.

Es probable que en los ejercicios actuales de la OTAN tomen nota de los desarrollos anteriores y los cambios que se han producido desde el inicio de la Operación Militar Especial rusa en Ucrania.

Según la inteligencia rusa, los Estados Unidos impondrán sus propios intereses en estos ejercicios, en particular, simulando ataques preventivos contra los emplazamientos de las fuerzas nucleares estratégicas rusas dislocadas en sus bases permanentes, así como un “ataque” a la infraestructura dentro de Rusia y Bielorrusia.

Para hacer esto, las fuerzas de la OTAN tendrán que ocuparse del problema de la profundidad del territorio, lo cual es bastante difícil teniendo en cuenta el vasto espacio de Rusia.

Al mismo tiempo, los países de Europa no tienen tal profundidad física, lo que los hace vulnerables a las eventuales represalias rusas (probablemente con el uso de armas nucleares).

Los expertos rusos lo llaman una imitación de la Tercera Guerra Mundial, y en los círculos militares se cree que la OTAN está preparando una agresión armada contra Rusia. Por lo tanto, se hace necesario desarrollar una respuesta contundente, capaz de disuadir al enemigo ante el hecho de que se le causaría un daño irreparable si la OTAN se arriesga a un conflicto militar similar con Rusia.

Hasta el momento, Moscú no ha declarado exactamente cómo responderá a los ejercicios militares del bloque occidental, pero es obvio que de alguna forma, se llevará a cabo una comprobación de la preparación para el combate del distrito militar occidental.

Por supuesto, la cooperación entre Rusia y Bielorrusia también es una respuesta al desafío de la OTAN y, en este caso, el Estado de la Unión ya había sido proactivo: se desplegaron armas nucleares rusas en Bielorrusia y, además de las bases militares existentes, se crearon centros de entrenamiento conjunto de la fuerza aérea y la defensa aérea.

Además, los militares bielorrusos llegan regularmente a Rusia para recibir capacitación sobre la base de la experiencia obtenida de la Operación Militar Especial en Ucrania.

También es importante señalar que a principios de 2024, en Bielorrusia, se adoptó una nueva doctrina militar, según la cual un ataque a un aliado (es decir, Rusia) se considera un ataque a la propia Bielorrusia.

Esta combinación de capacidades militares (y económicas) ciertamente juega un papel importante en la estrategia de disuasión de Occidente.

Es probable que Rusia envíe señales de fuerza a Occidente realizando algunos ejercicios cerca de las fronteras de la OTAN. La demostración de poder militar, incluida la puesta en alerta de las bases de lanzamiento de misiles nucleares estratégicos, debería convencer a los estrategas de la OTAN de que Rusia está lista para repeler su ataque.

Tampoco se puede descartar la activación de grupos de hackers que trabajan contra los países de la OTAN.

Aunque los medios de comunicación occidentales están tratando de vincular numerosos ataques cibernéticos, en realidad, hay muchos grupos de hackers independientes (y no solo dentro de Rusia) que operan sobre la base de creencias ideológicas.

Es muy posible que pronto escuchemos noticias sobre algunos de los problemas que estos hackers organizaron en los países de la OTAN.

De los ejercicios de la OTAN y la reacción de Rusia, los países del Sur Global también pueden sacar una conclusión.

Un análisis de las intenciones y los objetivos de las dos partes será suficiente para sacar deducciones de esta confrontación geopolítica.

También debemos recordar el apoyo de los países de la OTAN a Israel, que continúa llevando a cabo el genocidio contra los palestinos.

Después de todo, esto es un serio movimiento en el tablero geopolítico global, incluidas las cuestiones que superan con creces la política real de equilibrio de intereses.

Pero mucho más interesantes pueden ser las conclusiones estratégicas sobre las acciones futuras y sus nuevas oportunidades, así como también sobre las oportunidades que se están obstruyendo, porque en el sentido estratégico, el Báltico se está convirtiendo en un lugar más vulnerable para Rusia, por lo tanto, habrá interés en reorientarse desde esta dirección hacia una más confiable y construir asociaciones de las que Rusia pueda estar segura.

(Traducción del ruso. Oscar Julián Villar Barroso. Doctor en Ciencias Históricas y Profesor Titular de la Universidad de La Habana).

Prensa Latina

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