
Grandes son los retos de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap) y el movimiento cooperativo y campesino de la provincia, entre estos, el aumentar la producción de alimentos, pese a las limitaciones actuales; crecer en los rendimientos agrícolas, hoy bajos por la falta de insumos, para responder a la creciente demanda poblacional.
Socializar las mejores prácticas productivas y trazar estrategias hacia la soberanía alimentaria, exige de la sabiduría y entrega protagónica de los hombres y mujeres del campo, en la solución de este desafío que enfrenta nuestra nación.
Sin detenerse sembrar y sembrar mucho más, sumar todas las fuerzas, recursos materiales y áreas cultivables para incrementar los volúmenes de las producciones agropecuarias y hacerlas asequibles en sus precios para la población.
Aunque el territorio se distingue por ser punteros en las campañas de los cultivos varios de primavera y frío, todavía hay tierras ociosas por entregar, mientras son insuficientes las producciones, en particular de leche y carne; los granos, el café y el azúcar, productos que distan mucho de satisfacer las necesidades del autoabastecimiento local.
En ese compromiso resulta fundamental el dirigir los esfuerzos para erradicar los impagos a los productores, consolidar la contratación de los productos y su control para asegurar los destinos de la canasta familiar y el consumo social, unido al enfrentamiento al delito y las ilegalidades que tanto daño hace con el hurto y sacrificio ilegal del ganado mayor.
Asimismo, es vital en esta etapa el fortalecimiento estructural de la Anap, llamada a transformar su funcionamiento interno y la labor política e ideológica, poniendo el énfasis en el trabajo con los jóvenes del sector y la incorporación de las mujeres a cargos de dirección.
La organización cuenta con 37 mil 120 asociados en 303 cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios, con campesinos que merecen el reconocimiento por su ahínco, esfuerzo y dedicación, entre los que sobresalen Bernardo Tallo Guitián, Héroe del Trabajo de la República de Cuba y Víctor Ismael Armas Aguilar, quien también recibió la Orden 17 de Mayo.