
En la primera jornada de las comisiones permanentes de trabajo del Parlamento cubano –en la que los diputados de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Jurídicos; Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de los Derechos de la Mujer; y Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente conocieron el avance en la elaboración y el proceso de consulta en marcha, que precede a la presentación del Código–, el Jefe de Estado resaltó lo vital de que sea un texto «conocido, interpretado y asumido cuando se apruebe».
Aquí estamos hablando, dijo, «del presente y del futuro del país», de un Código que tiene que proteger, que no solo es abrazar, sino preparar para la vida, preparar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que puedan «desarrollar todas sus capacidades en favor de la Revolución».
Detalló, además, que el anteproyecto que se prepara va a profundizar en los valores, la ética y el comportamiento cívico, y recordó que «tenemos un arsenal en la Pedagogía, el pensamiento y Derecho revolucionarios, en Fidel, el Che, en Martí», que deben tenerse en cuenta.
El Presidente argumentó que seguro existen muchas personas cuestionando por qué se trabaja en esta Ley, en medio de la situación tan compleja que enfrenta el país, y sostuvo que es un ejercicio legislativo prioritario, porque «defiende el presente y el futuro de la Patria, y tenemos un contexto con muchas exigencias formativas, empezando con la cultura para ser libres en nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
Expresó su apoyo a las intervenciones de varios diputados relacionadas con que se necesita una discusión del texto lo más amplia posible, por lo que propuso «una jornada de debate y análisis profundos en el país, con nuestros pedagogos y profesores, con niños, adolescentes y jóvenes, con toda la población. Que haya una amplia participación popular para asegurar el Código».
Mostró su confianza en que se elaborará un texto completo, como se hizo con el Código de las Familias, y ratificó que el reto será cómo lo implementamos.
En ese sentido, reconoció que en el país tenemos una gran deficiencia controlando los procesos –tema ampliamente analizado en el ix Pleno del Partido–, por lo que, «como mínimo, debemos tener un sistema de observatorios para esta norma».
Al comentar sobre la violencia hacia los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, precisó que en Cuba no puede existir una persona de estos grupos etarios que se sienta en desventaja o no se sepa seguro en sus centros de estudio, porque «esa no es la concepción de nuestro Sistema de Educación».
Concluyó que «la implementación del Código tiene que ser tan creativa e innovadora como el propio texto».