
Durante el acto central conmemorativo del Aniversario 30 de la Batalla de Guisa, efectuado el 29 de noviembre de 1988 en Granma, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, puntualizó que “prácticamente no había un solo mes, casi podría decirse que no había un solo día del año 58 en que no ocurrieran acontecimientos importantes, dignos de recordarse”, para entonces, en la segunda mitad de noviembre de 1958, la posibilidad de un enfrentamiento decisivo entre las tropas batistianas y el Ejército Rebelde se volvía inminente. Guisa se perfilaba como el escenario de un conflicto que marcaría un punto de inflexión en la guerra de liberación nacional.
El 20 de noviembre a las 8:30 a.m., comenzó una batalla que se prolongaría durante 11 días, cuando las fuerzas guerrilleras interceptaron una patrulla enemiga que realizaba su recorrido cotidiano de Guisa a Bayamo, logrando desmantelarla en cuestión de minutos.
En un parte informativo, Fidel Castro Ruz detalló que a las 10:30 a.m. de ese mismo día llegó el primer refuerzo, que se enfrentó hasta las 6:00 p.m. A las 4:00 p.m., un tanque T-17 de 30 toneladas fue destruido por una poderosa mina, y horas antes, un camión lleno de soldados había sufrido la misma suerte.
El líder rebelde continuó narrando las acciones diarias de sus tropas, que demostraron un valor excepcional al enfrentar tanques, aviones, artillería pesada y numerosas tropas bien equipadas. A lo largo de esos días heroicos, no solo se sitió la guarnición de Guisa, sino que se resistió constantemente el avance enemigo, que movilizó alrededor de 2,200 hombres el 29 de noviembre. Castro reconoció el papel crucial de los reclutas, quienes, a pesar de su limitada preparación, lograron escribir páginas memorables en la historia de la Revolución.
El 30 de noviembre, se libraron las últimas acciones. A pesar de los intentos de los batallones enemigos, que tomaron posiciones a dos kilómetros del pueblo, no lograron avanzar. Tras la retirada apresurada de la guarnición de Guisa, la vanguardia guerrillera ingresó al poblado a las nueve de la noche. Esa misma fecha, sesenta y un años antes, las fuerzas del Ejército Libertador, bajo el mando del General Calixto García Íñiguez, habían conquistado el mismo territorio montañoso.
Castro especificó que las tropas rebeldes se apoderaron de un tanque T-17, 94 fusiles de diferentes tipos, dos morteros de 60 mm, un mortero de 81 mm, una bazooka, siete ametralladoras calibre .30 con trípode, 55,000 balas, 130 granadas, 70 obuses de mortero de 60 mm, 25 de 81 mm, 20 cohetes de bazooka, 200 mochilas, 14 camiones, víveres, medicinas, entre otros recursos.
Las fuerzas rebeldes infligieron al enemigo más de 200 bajas, entre muertos y heridos que fueron abandonados en el campo de batalla. Ocho guerrilleros cayeron en la lucha y siete resultaron heridos. La batalla se libró principalmente contra las tropas ubicadas en Bayamo, que constituían una Zona de Operaciones con abundante equipo militar y alrededor de 5,500 efectivos.
El capitán Braulio Curuneaux fue el oficial más destacado, reconocido por Castro, quien murió defendiendo valientemente su posición en la Loma del Martillo, controlando el acceso a la carretera y bloqueando el avance enemigo.
Las unidades revolucionarias, bajo el mando de sus oficiales, pelearon con una moral excepcional. Una escuadra del pelotón femenino Mariana Grajales también dejó claro el impacto de incluir a la mujer en la lucha por la liberación.
Con respecto a las lecciones aprendidas, Fidel reflexionó en su discurso con motivo del 30 aniversario de la Batalla de Guisa: “¿Tienen alguna utilidad esas lecciones? Sí, tienen una utilidad enorme, porque enseñan lo que puede el hombre, lo que puede el revolucionario. Enseñan lo que se puede lograr frente a obstáculos inmensos y dificultades aparentemente insuperables.”
Fuentes: Una batalla decisiva en las serranías granmenses, Por Yelandi Milanés Guardia/ Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el Acto Central Conmemorativo del Aniversario 30 de la Batalla de Guisa, efectuado el 29 de noviembre de 1988 en esa localidad de Granma.