Eran aproximadamente las dos de la madrugada cuando el joven doctor Baner Marrero Martínez despertó sobresaltado por un fuerte ruido que envolvía al consultorio médico número tres, del consejo popular Jiguaní Sur, en este poblado oriental, cabecera del municipio homónimo.
Al principio creyó que se trataba de una turbina para extraer agua, y hasta tildó de locura el posible exceso de algún vecino. Sin embargo, bastó abrir la puerta para que la realidad superara cualquier conjetura.
Enseguida eché para atrás y me puse las manos en la cabeza, porque la inundación iba subiendo. Bajé rápido y traté de salvar algunas cosas, las acomodé arriba en la casa y al regresar por más, las aguas llegaban casi a la altura del pecho, narró en reciente intercambio con el ministro cubano de Salud Pública, José Angel Portal Miranda.
Así de rápido la crecida del río Jiguaní acabó con el sueño y la tranquilidad de los habitantes de la villa de igual nombre, en la dura noche del 8 de junio último, cuando sobrepasó todos los puentes y tomó las calles hasta cerca del parque central.
Esto daba deseos de llorar, entramos al consultorio y se nos hizo un nudo en la garganta, pues nunca habíamos visto cosa igual, recordó la especialista en Medicina General Integral, Marilín Suárez Rodríguez, quien no resultó afectada directamente por residir en una zona más alta.
Perdimos todo el mobiliario y la documentación médica, pero ya estamos avanzando en la confección de historias clínicas y otros registros.
Subrayó el notorio cambio en cuanto a la limpieza y organización del local, todo sin restar un minuto a la asistencia que necesita el pueblo, y priorizando acciones de prevención contra enfermedades, gracias a lo cual no se ha reportado ningún caso de enfermedad diarreica aguda u otra infección asociada a intensas lluvias e inundaciones.
Somos de nuevo un consultorio, recibimos ayuda de las direcciones municipal y provincial de Salud Pública, entre otras instancias, y hoy contamos con medicamentos, muebles, luminarias, añadió.
Con mayor incidencia en los municipios de Yara, Jiguaní y Niquero, Granma reportó daños en 45 de las 1 133 instituciones que conforman su sistema sanitario, incluidos 26 consultorios del médico y la enfermera de la familia; todos los cuales ya se encuentran en funcionamiento, precisó la doctora Yelenis Elías Monte, directora provincial del sector.
Agregó que recuperaron 43 de los centros afectados, y solo permanece sin prestar servicio el hogar materno de la comunidad de Veguita (Yara), por las filtraciones derivadas de la inundación, en tanto el derrumbe parcial de la cerca perimetral no impide la atención a los pacientes de la casa de abuelos José Reyes Arencibia, de Jiguaní.