No resultan infundadas las expectativas de la población, enfrentada al reducido volumen de azúcar en las bodegas, durante los últimos meses, como parte de la canasta familiar normada.
Ello se debe a que la rama agroindustrial del territorio quedó en 10 mil toneladas por debajo del plan de la campaña anterior y fue necesario trasladar desde otras provincias las cuantías disponibles de crudo.
El desabastecimiento del edulcorante también lo sufrió la economía, industria alimentaria, la prestación de los servicios comerciales, gastronómicos y el denominado consumo social, llámese instituciones educacionales, de salud pública, el deporte y otros.
De ahí la trascendencia de la arrancada de la cosecha agrícola y de las fábricas, en las primeras semanas de diciembre, en las que intervendrán ocho municipios y cinco empresas agroindustriales, encabezadas por el Enidio Díaz, de Campechuela, y Arquímides Colina, de Bayamo.
Sobre los hombros de los trabajadores de estas entidades recae el peso de la tarea de hacer zafra a puro corazón, esfuerzo que exige de la contribución de actores económicos, autoridades gubernamentales, políticas y de masas.
Está definido, y es la máxima, que tendremos lo que seamos capaces de producir con los recursos y fuerzas disponibles para sobreponernos a las carencias y limitaciones de insumos, en particular de combustibles y lubricantes, que vienen afectando la actividad agrocañera.
En reciente análisis del Consejo provincial de Gobierno del Poder Popular, efectuado en Bayamo, se evidenciaron las potencialidades y compromisos para la recuperación del sector cañero azucarero y los aseguramientos en el desarrollo de la inminente campaña, con participación e integración intersectorial que garantizarán las más de 25 mil toneladas de azúcar y siete mil de meladuras, estas últimas destinadas a la elaboración de derivados de la caña.
También se valoró la intensidad del trabajo, aprovechamiento de cada jornada laboral y voluntad que ha de primar entre los azucareros, para estar listos en la fecha fijada con acciones de reparación y mantenimiento, caracterizadas por la calidad, no obstante las dificultades materiales, en el empeño de lograr molidas estables y eficientes.
Así el encuentro se refirió a la complejidad del momento, donde es determinante la capacidad organizativa, de movilización y aplicación de alternativas en la cadena productiva desde el corte, alza y tiro de la caña, para que los ingenios no detengan sus máquinas y Granma cumpla.