Granma y una fecha para crecer

Cuba rinde tributo a los héroes y mártires del 26 de julio de 1953, jornada que celebra como Día de la rebeldía nacional, mientras Granma, al mismo tiempo, puede recordar acontecimientos de igual fecha, en años diversos, para refirmar su brillo de cuna de la nacionalidad, la patria y el himno

Cuba rinde tributo a los héroes y mártires del 26 de julio de 1953, jornada que celebra como Día de la rebeldía nacional, mientras Granma, al mismo tiempo, puede recordar acontecimientos de igual fecha, en años diversos, para refirmar su brillo de cuna de la nacionalidad, la patria y el himno.

En 1866, las Cortes españolas aumentaron los impuestos en su principal colonia antillana, y bayameses, liderados por los independentistas Francisco Vicente Aguilera y Perucho Figueredo, se negaron a pagar el tributo.

Como respuesta humillante, los peninsulares trasladaron la Alcaldía Mayor de Bayamo para Manzanillo y muchos funcionarios quedaron cesantes, además de prohibirse paseos a caballo, en parejas y otras actividades, en la urde del Cauto.

Sin embargo, Pedro Maceo Chamorro, Juan Luis Pacheco y otros celebraron el 26 de julio, Día de la Santa Ana, con una comparsa a caballo y las mujeres vestidas de blanco, azul y rojo, colores de la bandera cubana confeccionada en 1851.

Cuando fuerzas ibéricas intentaron detener el paseo, en el alboroto se oyeron gritos de “¡Viva Cuba libre” y “¡Muera España!”, unidos a versos contra Udaeta, gobernador de la comarca.

Citado e increpado por Udaeta, Aguilera respondió: “Aseguro a Usted que no he tomado parte en ese tumulto; pero también le juro, como caballero, que si Francisco Vicente Aguilera toma algún día participación en asuntos de esta naturaleza, ha de hacer temblar a España.”

Maceo Chamorro fue el primer jefe de Sanidad en la revolución de 1868, mientras Pacheco resultó brillante conductor de expediciones, secundó a Antonio Maceo en el número de heridas en combate y, después, brilló como militar en Perú, donde fue declarado Héroe Nacional.

El 26 de julio de 1953, simultáneamente con el asalto al cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, se intentó ocupar el “Carlos Manuel de Céspedes”, de la Ciudad Monumento Nacional, y solo hubo un atacante herido.

Como reacción, fueron asesinados los jóvenes patriotas Mario Pablo Martínez Ararás, José Testa Zaragoza, Pablo Agüero Guedes, Lázaro Hernández Arroyo, Rafael Freyre Torres, Luciano de las Nieves González Camejo, Hugo Camejo Valdés, Pedro Véliz Hernández, Ángel de la Guardia Guerra Díaz y Rolando San Román de la Llana.

Andrés García Díaz escapó casi milagrosamente, cuando sus victimarios lo creyeron muerto y lo dejaron junto a los cadáveres de Hugo Camejo y Pedro Véliz, pero pudo alejarse y recibir ayuda.

En el auxilio a asaltantes perseguidos, participaron decenas de habitantes de la actual provincia de Granma, como Juan Olazábal, José Collada, Dorca Verdecia, Idelisa Marens, Elvira Morán, Roque Vázquez, Bernardo Amaya, Bélgica González, Dolores Tamayo, Quintín Carbonell, Luis Jerez, Luis Garcés, Denis Verdecia, Rey Fernández y José Desiderio Corona.

También colaboraron Ñico Verdecia, Fernando Viñas, Estelita Pardo, Abelardo Boada, Marino Tornés, William Rodríguez, Vicente Quesada, Rafael Corrales, Georgina Guerra y otros.

El 26 de julio de 1957, el cura Guillermo Sardiñas ofició una misa, en el campamento del Ejército Rebelde, en la Sierra Maestra, por los jóvenes caídos en 1953.

Ese día, el busto de Antonio Maceo, en Peralejo, cerca de Bayamo, amaneció con gorra, camisa verdeolivo, brazalete, bandera del MR-26-7 y un cartel: “El uniforme de Fidel le sirve a Maceo y el valor y la vergüenza de Maceo, los tiene Fidel.” El trabajo lo hizo, la noche anterior, un grupo de Palmarito, en el actual Buey Arriba.

Aquel 26, en la ciudad de Bayamo, combatientes urbanos hicieron volar sobre la urbe decenas de carteles y banderas, sostenidos por globos inflados, lo que llamó la atención de muchos habitantes y provocó ira en los militares.

Por la noche, el pelotón del capitán Guillermo García trató de tomar el cuartel del poblado de Estrada Palma (ahora Bartolomé Masó), no pudo y quemó la instalación, e hizo igual con la del caserío de Las Mercedes.

El 26 de julio de 1958, el Ejército Rebelde peleaba intensamente en varios puntos de Bartolomé Masó, y la tropa mandada por Eduardo (Lalito) Sardiñas compró gallinas, arroz y malanga, para festejar la fecha en Rancho Claro; pero dejó la comida a medio hacer, porque recibió orden de correr hacia Alto de Brazón.

Al grupo pertenecía Eduardo Rosabal Rodríguez (Chapita), quien, el día 27, violó lo establecido, disparó contra un hombre vestido de civil que trataba de escapar a caballo, y lo hirió. El camuflado de campesino era el coronel y connotado asesino Ángel Sánchez Mosquera, y un helicóptero lo sacó de la zona de combate.

El 26 de julio de 1960, la celebración central de la fecha, en Bartolomé Masó, incluyó la inauguración de la ciudad escolar Camilo Cienfuegos, discurso de Fidel y concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional.

En jornada similar de 1982, 100 mil personas se concentraron en Bayamo, habló Fidel e inauguró la Plaza de la Patria, única con este nombre en Cuba.

También en este lugar, el 26 de julio de 2006, el Comandante en Jefe pronunció su último discurso con motivo del Día de la rebeldía nacional.

Otro 26 de julio, el de 2019, la Plaza de la Patria volvió a acoger la celebración central, y el abrazo entre Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel recalcó el relevo de hombres y la continuidad de ideas en la dirección del país.

La Demajagua

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