
Han pasado 66 años desde que se efectuó la extraordinaria Batalla de Guisa, una de las acciones más recordadas en la historia de Cuba no solo porque significó una de las mayores victorias del Ejército Rebelde, sino también porque con solo 180 hombres armados tuvieron la capacidad de derrotar a varios batallones rivales en sólo once días.
Esta gran batalla se inició con el fuego certero de la ametralladora calibre 50 del capitán Braulio Coroneaux contra los refuerzos que transitaban por la carretera de Bayamo.
Aquel valiente hombre, había sido militar de las tropas batistianas, pero en rechazo a los crímenes y atropellos de la dictadura comenzó a conspirar, fue detenido y logró escapar para unirse al Ejército Rebelde en el cual por su valor y gran capacidad se ganó muy pronto diferentes ascensos. Fidel tenía gran confianza en Braulio por la seguridad, honestidad, valentía y dotes guerrilleros.
El capitán Braulio Coroneaux cayó gloriosamente defendiendo su posición en la Loma del Martillo, desde donde controlaba la carretera y le impedía el paso a las huestes adversarias.
Al enemigo se le ocasionaron más de 200 bajas entre muertos y heridos que fueron abandonados en el campo de batalla. Ocho rebeldes cayeron heroicamente y siete fueron heridos. La batalla se libró principalmente contra las tropas acantonadas en Bayamo, sede de una Zona de Operaciones que abarcaba desde Maffo hasta Pilón, la cual contaba con abundante parque militar y alrededor de 5 mil 500 efectivos.
La Batalla de Guisa desmoralizó un apertrechado ejército enemigo, abrió el camino hacia el triunfo definitivo y se afianzó para siempre el liderazgo estratégico de Fidel Castro quien explicara años después en uno de sus discursos: No existen imposibles si se lucha con convicción, valor y fe en la victoria.