Nuestra Isla de la Infancia

Cuba celebra el Día Internacional de la Infancia cada 1ro de junio desde 1963, reafirmando su compromiso con la protección infantil. Esta fecha, establecida por la ONU en 1956, busca promover el bienestar y la fraternidad entre los niños del mundo. Nuestro país prioriza a los niños como un tesoro nacional, garantizando sus derechos a la salud y educación.

Foto: Cubadebate

Por: Karla Vigoa Marrupe (Estudiante de Periodismo)

El 1ro de junio no es solo una fecha en el calendarios, sino un tributo colectivo a la esperanza. Desde 1963, la Isla celebra el Día Internacional de la Infancia. El país reafirma su compromiso de priorizar a los niños como tesoro nacional.

El Legado de una tragedia convertida en bandera

La elección del 1ro de junio como Día de la Infancia lleva consigo una carga histórica que trasciende fronteras. En 1942, la villa checa de Lídice fue arrasada por fuerzas nazis: 140 jóvenes ejecutados, bebés asesinados, mujeres y niños enviados a campos de concentración.

Monumento a los niños de la masacre de Lídice en Praga. Foto tomada de Cubadebate.

Este crimen motivó que en 1949 la Asociación Democrática Internacional de la Mujer instituyera la fecha como recordatorio global. Cuba, tras triunfar la Revolución, adoptó oficialmente la conmemoración en 1963, alineándose con los postulados socialistas de protección infantil.

Fidel Castro, en su característico estilo pedagógico, había sentado las bases años antes. Durante un encuentro con pioneros en el Campamento Volodia (1974), propuso institucionalizar el tercer domingo de julio como Día del Niño. Aunque esta fecha se mantiene para actividades veraniegas, el 1ro de junio adquirió carácter oficial como símbolo de internacionalismo proletario.

Encuentro de Fidel con pioneros en el Campamento Volodia del Parque Lenin. Foto tomada de Cubadebate.

La Infancia como Proyecto Político

“Para la Revolución Cubana todos los días son el Día Internacional de la Infancia”, declaró nuestro presidente Miguel Díaz-Canel en 2024. Esta frase condensa una filosofía de Estado: desde 1959, la protección infantil dejó de ser caridad para convertirse en política pública. La Constitución vigente (2019) consagra el “interés superior del menor” en su artículo 86, mientras que Cuba fue uno de los primeros países en ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño (1991).

Los números hablan: 2.3 millones de menores de 18 años (21% de la población) disfrutan de cobertura universal en educación primaria y una de las tasas más bajas de mortalidad infantil en América Latina (4.0 por cada 1,000 nacidos vivos en 2022). A pesar del bloqueo estadounidense, el Estado destina el 24% del PIB a servicios sociales, priorizando escuelas, hospitales pediátricos y programas nutricionales, lo que evidencia una sólida inversión en el bienestar infantil.

Luis Alberto Hierro, especialista de UNICEF Cuba, subraya que la Convención sobre los Derechos del Niño no es solo un documento, sino una realidad palpable en el país. En escuelas rurales y círculos infantiles se materializan los derechos al juego, aprendizaje y participación. Esto refleja el compromiso con el desarrollo integral una infancia plena y saludable.

Entre Logros y Desafíos

La UNICEF en su informe de 2023 detalla dificultades para adquirir reactivos de laboratorio, piezas de respiradores neonatales y materiales educativos. La psicóloga Laura Fernández, quien evaluó el impacto de la COVID-19 en menores, señala: “El 44% de los niños convalecientes mostraron ansiedad por la escasez de medicamentos, pero también resiliencia al ver cómo toda la sociedad se movilizaba”.

El reciente Código de las Familias (2022), aprobado por referendo, incluyó por primera vez el derecho de los niños a ser escuchados en procesos judiciales. Para la jurista Elena Martínez, “esto rompe con el adultocentrismo heredado. Ahora un niño de 10 años puede expresar su opinión en un caso de custodia”. No obstante, persisten retos como el acoso escolar y la necesidad de más espacios de participación adolescente.

A pesar de los pesares, en la Mayor de las Antillas los pequeños y pequeñas son ciudadanos con derechos y voces que merecen ser escuchadas. En cada aula, en cada hogar y en cada ley, Cuba reafirma su compromiso inquebrantable con la infancia, tejiendo un legado de esperanza y protección para las generaciones venideras.

Karla Vigoa Marrupe (Estudiante de Periodismo)

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