
Según las autoridades locales, en un balance preliminar no se registran víctimas fatales humanas, sí algunos animales (caballos), y al menos cinco bomberos sufrieron heridas leves, mientras los daños materiales incluyen un taller, un establo y seis viviendas.
Ante el avance de las llamas, se cerraron vías, se interrumpió el servicio de electricidad a tres mil hogares y 350 personas fueron trasladadas a lugares seguros en Narbona, la principal ciudad de Aude, departamento colocado ayer en el máximo nivel de alerta por la amenaza de incendios forestales.
El prefecto del territorio, Christian Pouget, llamó a los habitantes a permanecer confinados y vigilantes, con la expectativa de detener el fuego en el transcurso de la jornada.
En su declaración, la autoridad descartó que Narbona, cuya población ronda las 57 mil personas, corra peligro.
Con la llegada del verano, Francia regresó a la etapa de la pesadilla de los incendios que consumen miles de hectáreas de bosque y causan destrucción de infraestructura.