
El emotivo tributo, celebrado en el Museo al Esclavo Rebelde de Matanzas, reunió a representantes del Gobierno, las FAR, combatientes internacionalistas y pueblo en general para honrar la gesta histórica que, a partir de noviembre de 1975, escribió una de las páginas más gloriosas de la solidaridad cubana.

Durante la ceremonia, se resaltó el deber internacionalista y el heroísmo de los más de 300 000 combatientes cubanos que, durante años, lucharon codo con codo con el pueblo angoleño para defender su soberanía e independencia.
La victoria en Cuito Cuanavale fue destacada como un hecho que cambió la correlación de fuerzas en el continente africano y aceleró el fin del régimen del apartheid.
El acto constituyó una reafirmación de los históricos lazos de hermandad entre Cuba y Angola, y un recordatorio de que el principio de solidaridad y el internacionalismo prosiguen siendo pilares esenciales de la Revolución.


