En declaraciones exclusivas a la ACN dice que cuando niña aspiraba a ser periodista, aunque no sabía con exactitud en qué consistía el periodismo
Cambió de idea, y no se arrepiente, al conocer la convocatoria del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, el 28 de enero de 1961, a realizar ese año la Campaña Nacional de Alfabetización.
Con el entusiasmo y las expectativas de una adolescente de 14 años de edad se incorporó al ejército que llevó luz de saber a más de un millón de humildes hombres, mujeres y niños campesinos.
Magalis Osorio alfabetizó a seis residentes en los barrios El Faldón y Cienfuegos, pertenecientes al actual municipio granmense de Jiguaní.
Los enseñé a leer, escribir, pero además a hacer letrinas sanitarias y otros hábitos de higiene, como por ejemplo hervir el agua para beber, y al mismo tiempo aprendí de ellos buenas costumbres, recuerda.
Al acto de declaración de Cuba como Territorio Libre de Analfabetismo, realizado en la Plaza de la Revolución, fuimos en vagones cañeros cubiertos con pencas de palma real en los que colocaron bancos de madera, nos cayeron aguaceros, pero estábamos felices, rememora.
Al crearse, el 20 de enero de 1962, el Plan de Escuelas Minas de Frío-Topes de Collantes-Tarará no lo pensó dos veces, dejó, otra vez, la casa confortable y calles asfaltadas.
En el primer lugar mencionado, expone, llovía casi todos los días, había fango y las temperaturas eran muy bajas.
Pero no se rajó, dicho en buen cubano, y se tituló de maestra primaria cinco años después para retornar a Minas de Frío donde impartió clases durante un trienio.
El currículo de la licenciada en Español-Literatura, Máster en Ciencias de la Educación, exhibe que en 56 años de labor fue metodóloga de su especialidad en las escuelas de nuevo tipo creadas en Veguita, Yara y a nivel provincial.
Desde 1982 hasta su jubilación en 2003, fue profesora del otrora Instituto Superior Pedagógico Manzanillo, en la ciudad homónima, ahora facultad de la Universidad de Granma.
Jubilarse no significó abandonar la docencia, pues ahora labora en la sede universitaria en Bayamo y escribe el libro Acercamiento a la ética y los valores en Martí, una obra que confiesa concibió con mucho amor para los maestros cubanos.
Magalis Osorio se enorgullece de su vasto quehacer educacional, en el que sitúa como lo más significativo, ser alfabetizadora Conrado Benítez cuando todavía le gustaba jugar con muñecas.




