Gómez nuestro
El 17 de junio de 1905 cierra ojos convencido de que «encima del suelo empapado con tantas lágrimas y sangre no debe ondear más que una bandera, la que amparó al ideal sagrado de la Patria»
El 17 de junio de 1905 cierra ojos convencido de que «encima del suelo empapado con tantas lágrimas y sangre no debe ondear más que una bandera, la que amparó al ideal sagrado de la Patria»