
Esa efeméride global subraya la importancia de reconocer a los niños como sujetos plenos de derechos: desde la salud y la educación hasta la alimentación, la no discriminación, un hogar digno, el acceso a la información, el juego, la consideración de su opinión en decisiones que les afectan y su participación activa en la sociedad.
Ratificando el principio martiano de que “los niños son la esperanza del mundo”, el Estado cubano confirma la sólida protección que disfrutan los infantes y adolescentes, particularmente en aspectos como la cobertura educativa universal y la atención integral a la salud.
Además, sus derechos se encuentran respaldados por un robusto marco legal, incluyendo la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), vigente en el país desde septiembre de 1991, así como la actual Constitución, que prioriza el interés superior de los menores en toda decisión y los resguarda frente a cualquier forma de violencia.
La creciente relevancia de la familia es objeto de atención en la comunidad internacional; organismos globales reconocen la trascendencia del rol de los progenitores y del núcleo familiar en la crianza, integrándolos como un eje central en las políticas sociales nacionales y en los paquetes de inversión diseñados para mitigar la pobreza, reducir la desigualdad y fomentar el bienestar general.
Este 1 de junio la conmemoración en diversos países del orbe tiene como objetivo primordial recordar la extrema vulnerabilidad de los niños, quienes con frecuencia son el grupo más afectado por las múltiples crisis regionales y globales.