Abuela Kowai Kueka (+Foto)

Venezuela atesora una historia llena de amor que trascendió el tiempo para convertirse en ejemplo de relación, donde la cosmovisión originaria nos legó un símbolo de cuánto puede hacer el ser humano por defender su identidad.

Kueka no es una abuela común. Se dice que es un espíritu milenario, testigo de la creación y vive en una piedra de jaspe rojo de nada menos que 25 toneladas de peso, venerada por el pueblo Pemón, una comunidad originaria que habita fundamentalmente en la Gran Sabana y el Parque Nacional Canaima, al sureste de Venezuela.

La Kueka Pachi (en idioma pemón taurepán —existen tres grupos étnicos —) significa Abuela Piedra, y quizás su historia no fuera tan conocida si a finales del siglo pasado no la hubiera sustraído un alemán en forma ilegal, con la complicidad del gobierno de turno, para llevarla a un parque de ese país.

En 1998, el artista y comerciante Wolfgang Kraker von Schwarzenfeld sacó de su entorno natural a la piedra, que llevó a Alemania para mostrarla en su exposición Global Stone, en el Parque Metropolitano Tiergarten de Berlín, para lo cual debió ser tallada para su exhibición pública.

Lo que pudo haberse visto como algo intrascendente, «por amor al arte», desencadenó una larga lucha de reclamos durante años por parte de las comunidades originarias, a las que se sumó el nuevo Estado bolivariano del comandante Hugo Chávez, para lograr su retorno definitivo junto a sus ancestros.

Si von Schwarzenfeld vio en la inmensa roca un valor cultural-comercial, los pemones sintieron que les arrancaban el alma, la vida, pues la Abuela Kueka es todo un símbolo de protección y bienestar para esas comunidades, donde su filosofía de vida apuesta por el imprescindible equilibrio de los ecosistemas.

En su cosmovisión originaria y ancestral, arrancar la sagrada piedra de su lugar natural significaba romper el equilibrio de los sistemas ecológicos amazónicos y poner en peligro la biodiversidad —es decir, su propia existencia —, pero además era extraer del Parque Nacional Canaima un valor insertado en territorio declarado Patrimonio Natural de la Humanidad (1994).

Dos décadas después, en mayo de 2018, chamanes pemones viajaron a Berlín y, en medio de la batalla legal para su devolución, profetizaron el pronto retorno de la Abuela con un ritual de sanación a la piedra, que se concretaría el 16 de abril de 2020 cuando el Puerto de Guanta, estado Anzoátegui, fue testigo de su repatriación.

Su devolución a la Gran Sabana venezolana fue motivo de regocijo y felicidad, no solo por el retorno sino también por el reencuentro con el abuelo Kueka, con el cual quedó fundida por amor milenios antes, maldecidos por los dioses.

(Tomado de Orbe)

Prensa Latina

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