
Oratoria, música, poesía y danza se combinaron en una concurrida ceremonia en la que, además de destacar el legado de Malcolm X (nacido como Malcolm Little el 19 de mayo de 1925), se demostró la fortaleza de los lazos culturales y de amistad que une a los pueblos de Estados Unidos y Cuba.
Entre los oradores estuvieron Obi Egbuna, presidente de la Asociación de Amistad Cuba-Zimbabwe, y el joven abogado y activista comunitario Jordan Strudwick, quien resaltó la trascendencia histórica del encuentro de Malcolm X y el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, en el Hotel Theresa de Harlem (Nueva York), el 19 de septiembre de 1960.
Por su parte, el artista y activista Rafiki Morris, en sus palabras al auditorio, animó a leer la autobiografía de Malcolm X. “Creo que es importante porque sus enemigos quieren cogerlo y hacerlo suyo”, subrayó.
“Fue Malcolm quien dijo que teníamos que unirnos y construir el frente unido africano”, añadió Morris al insistir en que muchas de las cosas que “nos enseñó aún no se han cumplido”.
El activista también denunció que el sionismo israelí sigue oprimiendo y explotando al pueblo pueblo palestino y que ese mismo sionismo es enemigo del pueblo africano.
En el evento, niños del grupo de teatro infantil Mass Emphasis declamaron un poema que arrancó ovaciones al igual que Justo Asikoye con sus canciones ‘Kings and Qeens’ y ‘Njelele’. Para el cierre se escogió la música cubana que bailaron miembros del colectivo danzario DC Casineros.
El 19 de mayo se cumplieron 100 años de «una vida y un legado que han cautivado, conmovido, motivado e inspirado a millones de personas en todo el mundo», expresó la página oficial del centro que lleva su nombre en Nueva York.