Bajo su responsabilidad recae el autoabastecimiento de miles de personas y sus trabajadores laboran en colectivos, organizados en unidades industriales, agrícolas y áreas estatales durante todo el año para realizar una especie de zafra de la comida.
Las empresas agroindustriales azucareras del Roberto Ramírez, Enidio Díaz, Bartolomé Masó, Arquímides Colina y Grito de Yara cuentan con más de 40 hectáreas, cada una, y módulos pecuarios destinados a este quehacer con el propósito de aumentar y diversificar las producciones.
Aunque trabajan en esa dirección, los volúmenes en las siembras en los cultivos varios de la campaña de frío son insuficientes, además la entrega al encargo estatal de leche y carne vacuna todavía dista de satisfacer la demanda de alimentos.
No obstante, el protagonismo en esta tarea, la producción cañero-azucarera y los derivados resultan la razón de ser del importante sector de la economía territorial, de la que depende, entre otros, el autoabastecimiento de la canasta familiar normada y el consumo social.
Reciente análisis, efectuado en el territorio, evidenció la compleja situación que presenta la plantación cañera en el 2023 con la concreción de solo el 15 por ciento del plan, lo que pone en peligro la futura producción sin la cual no habrá azúcar.
Al respecto, se precisa de una imprescindible transformación en el hacer del sistema empresarial ante las limitaciones con el combustible, para iniciar la zafra en las próximas semanas y aportar más de las 25 mil toneladas del crudo, de las previstas, para que incluya todo el consumo social granmense.
Urge acabar de generalizar el encadenamiento productivo con los nuevos actores, medida aprobada ya hace un tiempo y que, en este caso, permitiría la elaboración de dulces de harina, pan y otros alimentos en cantidad, calidad y precio asequible e inferior a los que hoy se comercializa en el mercado.
Asimismo, requiere crecer con la creación de áreas dedicadas al autoconsumo de alimentos en centros de trabajo y barrios, implantar el cambio de labor y el teletrabajo hogareño para que más personas se incorporen a prestar servicios e incentive el uso racional de la electricidad en medio de la contingencia energética que vive el país.