Alas para un sueño

La reparación integral del parque infantil Elpidio Valdés, del Parque Granma, en la periferia de Bayamo, puso freno al deterioro de equipos que semejaban un cementerio de aparatos en ruinas. El complejo exhibe hoy, tras el concurso de una veintena de empresas y organismos, una transformación general.

Foto Agustín Sam

Saltan a la vista la viveza de los espacios en armonioso diálogo con la naturaleza; la ornamentación de la valla perimetral, incluyendo la entrada y los interiores; la limpieza de las áreas verdes y la existencia de colectores de desechos; la restauración y las tonalidades de los aparatos; la existencia de socorristas en la piscina, un centro médico y varias opciones gastronómicas.

Hilvanado cada detalle, sobrevino la apertura, el pasado sábado, 29 de junio, una verdadera prueba de fuego, al acoger en sus predios a miles de granmenses, una cantidad que superó con creces las estimaciones.

Luisa Pérez Rosabal, expuso a La Demajagua que la práctica aconseja ampliar las áreas de venta de entradas y papeletas para los aparatos.

“El precio de las papeletas y las confituras fue asequible para la población, a excepción de los particulares, que pedían hasta 200 pesos por un paquete de galleticas y 250 por un globo con corneta”, expone Pérez Rosabal.

Otras preocupaciones surgieron alrededor del transporte, pues ciertos cocheros y conductores de mototaxis cobraron 50 pesos por pasajero, ajenos al propósito de las autoridades de la provincia.

Es preciso, también, ampliar y mejorar las áreas de parqueo, principalmente los fines de semana.

El uso de los equipos de diversión por numerosas personas en cada jornada, aconseja que la institución disponga de medios, mecánicos y especialistas, para que puedan solucionar con prontitud cualquier desperfecto.

Consciente del desafío que implica comandar el parque infantil más emblemático de Granma, su director, Dámaso Enrique Benítez Ramos, está abierto a las sugerencias para mejorarlo.

Ya conciben ventas de papeletas no solo a la entrada, sino también en las casetas donde operan los distintos equipos, en aras de dinamizar el proceso, especialmente durante los fines de semana, cuando la afluencia es mayor.

Quizás en el futuro se pueda implementar su comercialización en línea.

Sería pertinente incrementar la señalética, para informar dónde están los baños y las distintas áreas; también regular la venta de combos para evitar el acaparamiento y, aparejado a su expendio, concebir ofertas individuales con precios más accesibles, no solo combos.

Otra necesidad es imprimir cantidades suficientes de papeletas, para no tener que hacerlo diariamente, lo que logran con el apoyo de Educación.

La Casa de los espejos fue convertida en restaurante, pues fue imposible su recuperación, debido al alto costo del azogue.

Sin dudas, el espacio ya está conquistado, hacer de este el lugar mágico, armonioso e higiénico que requieren nuestros infantes, es un reto del día a día, en el que compartimos responsabilidad.

Pongámosle alas a este sueño, superemos obstáculos y alcancemos nuevos retos para construir el recuerdo memorable que todo niño merece.

Anaisis Hidalgo Rodríguez

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