La programación concebida este año permitió en marzo y abril hacer la mayoría de las pruebas nematológicas del suelo previstas, para a partir de mayo iniciar a preparar el sustrato con el que vamos a llenar las bolsas, comentó el Ing. Ramón González Gómez, especialista de agrotécnia de la Empresa Agroforestal Bartolomé Masó Márquez.
“De los más de 932 mil bolsos de polietileno previstos para esta campaña ya disponemos de una cifra cercana a la mitad y la otra la tenemos ya comprada en La Habana solo pendientes de su búsqueda”.
“Disponemos además de la semilla y los patrones para las técnicas de injerto y esqueje, en tanto capacitamos al personal especializado en tan compleja pero decisoria tarea”.
“Como este año no habrá grandes volúmenes de siembra, a partir de los incumplimientos reportados en la campaña de viveros anterior, podremos dedicar mayor fondo de tiempo al desarrollo de las plántulas necesarias para en 2025 establecer o renovar unas 110 hectáreas del cultivo”.
Tales aspiraciones constituyen un paso imprescindible para el desarrollo productivo que se espera en esta región del país donde el café representa el principal sustento de vida.
En Bartolomé Masó no se logra detener el decrecimiento cafetalero a pesar de la estrategia de desarrollo concebida hace ya casi 20 años, lo que obliga a las autoridades agrícolas locales a corregir desviaciones e implementar nuevas variantes que conduzcan al progreso deseado.
