Un reporte publicado en el sitio digital del diario Vatican News refiere que en esa película, cuya realización corrió a cargo de los periodistas Salvatore Cernuzio, Felipe Herrera-Espaliat y Jaime Vizcaíno Haro, se realiza “un viaje por Chiclayo, Chulucanas, Callao, Lima y Trujillo para descubrir la figura del Pontífice Agustino”.
En este trabajo se recogen los testimonios de quienes conocieron a León XIV en esos años, como misionero, párroco, profesor, educador y obispo, colaboraron con él o recibieron su ayuda como pastor.
Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos, y tras completar su formación en Teología en esa ciudad norteamericana, y en Derecho Canónico en Roma, fue enviado a Perú en 1985, mientras preparaba su tesis doctoral, para laborar en la misión de los agustinos en Chulucanas, departamento de Piura.
Tras volver brevemente a su país natal para defender dicha tesis, regresó a Perú en 1988 y se incorporó a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac.
En 2014 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo, cargo que asumió en 2015 y, en señal de compromiso con el país, solicitó y obtuvo en ese año la nacionalidad peruana.
En 2018 Prevost fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal peruana y en 2023 Francisco lo llamó a Roma para asumir como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, lo que marcó el final de su etapa en Perú, pero no de sus lazos con un país que, según reconoció, lleva en el corazón.
Esta cinta se desarrolla entre Chulucanas, Trujillo, Lima, Callao y Chiclayo, con visitas a ciudades, pueblos, suburbios, parroquias y escuelas donde Prevost predicó, formó a religiosos y “practicó una caridad viva en medio de tragedias como las inundaciones de El Niño y la pandemia del coronavirus”, indica la nota.
En el documental se recogen los relatos de numerosos testigos directos de la labor pastoral del misionero y luego obispo Prevost, quien en Perú se hacía llamar simplemente Roberto, y siempre estuvo cerca de los más humildes, agrega la fuente.
