
Especialistas y otros sectores están preocupados por el impacto ambiental, económico y en la salud pública de este fenómeno, según reporta el medio caribbeannewsdigital.
La acumulación masiva de esta alga parda, de textura áspera, libera gases tóxicos como el sulfuro de hidrógeno, que provocan mal olor, afectan la calidad del aire y matan la fauna marina, señala la fuente.
De acuerdo con el ecólogo Brian Lapointe, las recientes lluvias extremas en la cuenca del Amazonas generaron una “descarga” masiva de fósforo y nitrógeno hacia el océano, fertilizando el mar y disparando el crecimiento del sargazo. Desde 2011, los investigadores han monitoreado este fenómeno como parte del llamado Gran Cinturón Atlántico de Sargazo, una franja oceánica donde proliferan estas algas.
Un informe de la Universidad del Sur de Florida (USF) estima que cerca de 38 millones de toneladas métricas de sargazo han sido registradas, un aumento del 58 por ciento respecto al récord anterior de 2022.
La recolección implica gastos significativos para las autoridades locales y una afectación directa al turismo, una de las principales fuentes de ingreso en la región.
Su aparición se hace especialmente fuerte cada año a principios de la primavera y hasta septiembre u octubre, coincidiendo con los viajes de verano, explican fuentes locales.
La temporada fuerte de sargazo empieza en primavera y se extiende hasta septiembre u octubre, refieren numerosos artículos con datos sobre esta alga parda.