
Por: Aldo Daniel Naranjo (Historiador)
Fue sagaz Fidel al elegir a dos de sus mejores comandantes: Ernesto Che Guevara, jefe de la columna 8 Ciro Redondo, y Camilo Cienfuegos, al mando de la columna 2 Antonio Maceo. Ambos contaban con brillantes expedientes militares, sobre todo de inteligencia, valentía y lealtad a la causa revolucionaria.
Las agrupaciones habían demostrado combatividad y disciplina en las últimas batallas contra la Ofensiva de Verano, cooperando a la derrota de las fuerzas elites de la tiranía, que contaban con la asesoría de expertos militares norteamericanos.
El movimiento de las dos columnas a través de cientos de kilómetros, acechados por numerosas unidades del ejército enemigo, parecía un imposible. Pero Fidel confiaba en la capacidad estratégica y táctica-operativa de los dos jefes rebeldes.
ORGANIZACIÓN Y SALIDA
Aunque la historia recoge que fue los días 18 y 21 de agosto del 58 cuando Camilo y Che recibieron de manera respectiva la orden oficial de conducir sus columnas invasoras a las provincias de Las Villas y Penar del Río, ellos fueron informados con antelación.
El 10 de agosto, en Las Mercedes, en reunión con el Che y Camilo, los puso al tanto de la formación, partida y misiones a cumplir en el Occidente del país.
Al otro día, designó al comandante Ramiro Valdés como segundo jefe de la columna 8.
El día 14, preparó una nota con destino al Che, la cual en uno de sus párrafos señalaba: “Sigue preparando tu viaje… Procura que a partir de esta noche haya la menor concentración posible en Las Mercedes”.

En la jornada siguiente, el Che escribía en su diario: “No he podido organizar todavía la columna, pues ha habido un cúmulo de órdenes contradictorias sobre su composición. La gente de Angelito viene conmigo pero no sé si la de Vega también. A Raúl Mercader le ofrecí ir pero no aceptó y quedamos en que llevaría de la tropa los que quisieran ir. Probablemente lleve a Fonso, como teniente…”
Estas impresiones necesitan de algunas exactitudes.
Desde el 25 de mayo ya estaba creada la columna 8 “Ciro Redondo”, bajo las órdenes del Che.
Entre las escuadras que formaban parte de ella estaban la de los tenientes Ángel Frías Roblejo (Angelito), Raúl Castro Mercader y Luis Alfonso Zayas(Fonso).
En el caso del teniente Jaime Vega había peleado integrado al pelotón del capitán Ignacio Pérez.
El 16 de agosto, Fidel redactó un mensaje a Cienfuegos, donde le planteaba: “Apriétate los tornillos y no dejes de tener en cuenta que la fama, la jerarquía y los éxitos echan a perder un poco a la gente. Si llegas a Pinar del Río tendrás un pelo de la gloria de Maceo…” A la vez le alertaba que no podía olvidar que por todo el camino las fuerzas batistianas tratarían de destruirlo.
No es casual que el Máximo Líder recordara la hazaña protagonizada por el general Antonio Maceo de conducir una columna invasora de Mangos de Baraguá a Pinar del Río entre octubre de 1895 y enero de 1896.
Era parte de continuidad histórica de la Revolución.
El 18 de agosto, a las 9:00 de la mañana, Fidel emitió la orden oficial, donde disponía que la columna 2 debía partir del Salto, punto cercano a Providencia, el 20 de agosto de 1958.
En ella le otorgaba facultades al dirigente habanero para organizar unidades de combates por todas las zonas donde cruzara y nombrar oficiales del Ejército Rebelde hasta el grado de comandante.
Por su parte, la orden de Fidel al Che, fechada el 21 de agosto, le planteaba: “Se nombra al Comandante Ernesto Guevara Jefe de todas las Unidades Rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en la provincia de Las Villas, tanto en las rurales como urbanas y se le otorgan facultades para recaudar y disponer en gastos de guerra as recaudaciones que establecen nuestras disposiciones militares, aplicar el código penal y las leyes agrarias del Ejército Rebelde en todo el territorio donde operan sus fuerzas…”
Asimismo, le facultaba para “coordinar operaciones, planes, disposiciones administrativas y de organización militar con otras fuerzas revolucionarias que operen en esa provincia, las que deberán ser invitadas a integrar un solo cuerpo de ejército u unificar el esfuerzo militar de la Revolución…”
El documento recogía que la columna 8 debía partir de Las Mercedes entre el 24 y 30 de agosto.
El día a escoger estaba en dependencia de la llegada de un avión con armas desde el exterior.
RECORRIDO DE LA SIERRA MAESTRA A LAS VILLAS
La columna 2, formada por 92 hombres y 82 armas, emprendió la marcha el 21 de agosto desde El Salto, debido a las inclemencias del tiempo, preámbulo del ciclón Ella.
En una nota Camilo expresaba a Fidel: “Nos vemos en La Habana.”
En cuatro días de marcha, esta agrupación llegó a la finca El jardín, en la margen derecha del río Cauto, sin ningún contratiempo.
El avión que esperaba el Che Guevara aterrizó en Cayo Espino, en la noche del 29 de agosto.
El aparato trajo 70 fusiles y 20 mil balas, algunas de las cuales le fueron asignados.
Al día siguiente, los caminos de esa zona fueron bloqueados por patrullas enemigas.
De esta forma ocuparon dos camionetas con las mercancías y la gasolina destinada a los camiones con que contaba el Che.
Por eso, el dirigente argentino tuvo que modificar la fecha de la salida y bajar a los llanos del Cauto a pie.
El 31 de agosto, a las 4:20 de la tarde, el Che envió una nota a Fidel donde le comunicaba su salida: “Hoy a las 7 parto. Camilo está en Cauto Embarcadero. Tal vez lo alcance allí. Esta vez parece que me despido en serio”.
En efecto, la columna 8 salió esa noche, compuesta de 142 efectivos y 132 armas.
Lo hizo desde El Jibaro, a unos seis kilómetros del poblado de Las Mercedes.
El Che anotó en su diario: “Al anochecer se resuelve salir por toda la carretera debido a que no hay noticias del Ejército.
Llegamos a Jibacoa sin novedad pero con casi 2 horas de retraso sobre lo calculado; ya se vio que no llegábamos a destino en la noche.
Tratamos de ir en tractor pero no se pudo tampoco y hubo que quedarse en un cayo pequeño donde llegamos amaneciendo”.
Años después, al recodar aquellos momentos, el gaucho escribió: “…iniciamos la marcha el 31 de agosto, sin camiones ni caballos, esperando encontrarlos luego de cruzar la carretera de Bayamo a Manzanillo”.
El 1 de septiembre, llegó a orilla del río Cauto, el cual estaba crecido. Al día siguiente, a las 9:00 de la noche, comenzaron a cruzar. En El Jardín encontraron a Camilo y su columna.
El cruce por los llanos del Cauto fue sin muchas dificultades, algunas de ellas determinadas por las muchas aguas del ciclón Ella. Tuvieron que andar por pantanos y fangales y ríos y arroyos crecidos.
Los días más difíciles los vivieron en la región de Camagüey. Había que burlar las numerosas emboscadas preparadas por el enemigo y evitar ser detectados por la aviación. Los castigó la escasez de alimentos y las ulceras en los pies por las largas caminatas.
La columna 8 libró dos combates en La Federal el 9 de septiembre, donde perdieron la vida el teniente santiaguero Marcos Borrero Fonseca y Darcio Gutiérrez Acosta, natural de Campechuela.
Cinco días después, volvieron a pelear en el caserío de Cauto Compañeros, donde cayó Juan Hernández Suárez (Guanchy).
LA LLEGADA A LA PROVINCIA LAS VILLAS
A pesar de las adversidades, los invasores siguieron adelante.Para entrar a Las Villas, la columna 2 avanzó por el norte, mientras la 8 se dirigió por el sur a la Sierra de Guamuhaya.
El cruce del río Jatibonico fortaleció el espíritu combativo de los invasores. Camilo, eufórico, besó la tierra villaclareña.
En su informe a Fidel, redactado horas después de su llegada al norte espirituano, Camilo escribió: “El día amaneció nublado y lloviendo, Camagüey nos despedía como nos recibió ¡con un ciclón! Esa fue la única noche que descansamos después de 40 días de marcha. El río Jatibonico había crecido y nos impidió el cruce, teniendo que regresar al campamento anterior bajo un torrencial aguacero y fuertes ráfagas de viento…”
El 14 de octubre, jornada 45 de aquel calvario, la cansada y esmirriada tropa entra en territorio espirituano. Joel Iglesias reflejó así aquellos instantes inolvidables: “El día había amanecido nublado, pero a medida que fue despejándose y comenzaron a observarse los rayos del sol, aparecieron ante nuestros ojos, en la lejanía, con un color azuloso, las primeras lomas de la Sierra del Escambray. La alegría nos colmó a todos”.
El Che, en un informe a Fidel, le escribe poco después: “El paso del Jatibonico fue como un pasaje de las tinieblas a la luz.
Desde el día anterior azulaban las sierras a lo lejos y hasta el más remiso lomero sentía unas ganas terribles de llegar”.
La columna No. 2, no tuvo necesidad de llegar hasta los confines de Occidente, porque Fidel orientó al comandante Dermidio Escalona Alonso la apertura de un frente guerrillero en Pinar del Río.
Entonces el comandante Cienfuegos fundó el Frente Norte de Las Villas, en tanto el Che creó el Frente Sur de Las Villas, donde libraron memorables acciones combativas.
La invasión a Las Villas de las columnas 2 y 8, al mando de Camilo y el Che, son hechos dignos de admiración. El primero en reconocerlo fue Fidel, quien apuntó años después: “…realizaron lo que verdaderamente se puede considerar una proeza; partiendo de la Sierra Maestra, avanzaron hacia el oeste, hacia la provincia de Las Villas, a través de unos 500 kilómetros de territorio llano y muchas veces poblado”.
Fuentes: Ernesto Guevara: Diario de un combatiente 1956-1958 (2005), Joel Iglesias: De la Sierra Maestra al Escambray (1979); WilliamGálvez: Camilo, Señor de la Vanguardia (1979) y Luis Rosado Eiró y Felipa Suárez Ramos: Una mancha azul hacia el horizonte. Historia de la Columna Invasora No. 8 “Ciro Redondo” (1999).