Martí y Gómez por Playita de Cajobabo

El 11 de abril de 1895, cerca de las diez y treinta minutos de la noche, arriba José Martí a costas cubanas, bajo un chubasco y una luna roja que asoma bajo una nube.

IMAGEN/ Universidad de Guantánamo

Por Luis Carlos Frómeta Agüero

“Bajan del bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubascos. El timón se pierde. Fijamos rumbo.

Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólveres.

La luna asoma, roja, bajo una nube.

Arribamos a una playa de piedras, la playita al pie del Cajobabo, me quedo en el bote el último vaciándolo. Salto. Dicha grande.”

Así reflejó Martí en su diario los instantes sublimes de arribar a la patria querida y de nuevo en armas, en la guerra necesaria que él ayudara a gestar, sin discrepancias ni contradicciones.

Con Gómez y Martí también tocaron suelo cubano aquel memorable día: Angel Guerra, Francisco Borrero (Paquito), César Salas y Marcos del Rosario.

“Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto y sentido humano y amable al sacrificio”.

Con este hecho se escribe una importante página de nuestra historia  , en la que se ponen de manifiesto la valentía y el decoro de los cubanos, representados por Martí y Gómez, dispuestos a acabar con la dominación española.

La Demajagua

Comparte si te ha gustado
Scroll al inicio