
El texto, de cinco capítulos, es resultado de una investigación de seis años efectuada por el autor acerca de la presencia de Gabriela en el país caribeño en los años 1922, 1931, 1938 y 1953, y su relación con los grandes escritores.
En entrevista concedida a Prensa Latina explicó Aguilera que para escribir este título consultó los diarios y revistas de la época, lo que escribieron sobre ella intelectuales en ese tiempo y conversó con personas que la conocieron.
La primera vez que Gabriela sale de Chile es en 1922 para ir a México, invitada a participar en la reforma educacional en ese país, y necesariamente tiene que pasar por La Habana.
Ya para entonces ella era conocida en la isla, algunos de sus textos habían sido publicados en los periódicos y revistas, entre ellos en El Fígaro, y en esa oportunidad la fueron a recibir intelectuales, la prensa y el encargado de negocios de Chile, dijo Aguilera.
Su última visita a Cuba –señala- fue en 1953 para el centenario del natalicio de José Martí.
Gabriela admiró a Martí en todos sus aspectos, en lo filosófico, en lo literario, y fue una de las primeras en difundir su obra en América Latina, afirmó.
En su libro Aguilera cuenta una anécdota y es que en ocasión de los actos por el centenario del apóstol, la escritora coincidió con el dictador Fulgencio Batista y ella no le dio la mano.
Naturalmente, la prensa de la época la critica mucho, pero Gabriela siempre mantuvo una posición muy clara con respecto a los derechos humanos, a su compromiso social con la educación, las mujeres y con la reforma agraria, expresó.
El título Gabriela Mistral en Cuba fue presentado por primera vez en la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana, así como en Camagüey, Pinar del Río y otras provincias y ahora será lanzado aquí en la Biblioteca Regional que lleva el nombre de la escritora en la ciudad de La Serena.
La presentación se enmarca en las celebraciones por los 80 años de la entrega del Premio Nobel a la poetisa.
“Estoy muy contento con este libro, que ha tenido muy buena aceptación”, dijo el autor.
Gabriela fue siempre respetada, querida y admirada en Cuba hasta el día de hoy, una cátedra en la Universidad de La Habana lleva su nombre y muchos intelectuales han escrito sobre ella, concluyó.