
Carlo Ancelotti, más cariñosamente conocido como Carletto, se marcha a Brasil después de haber logrado con los merengues tres Champions League, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, dos ligas de España, dos Copas del Rey y dos Supercopas nacionales.
Dicho así, parece un listón demasiado alto para cualquier sucesor y lo será. Xabi Alonso, exjugador de los merengues, con una hoja de vida impresionante como futbolista y un prometedor futuro de entrenador, lo sabe.
“El día que no esté con el Real Madrid como entrenador, seguirá en mi corazón hasta mi muerte. Es el club de mi vida, que me ha tratado siempre muy bien y eso no lo olvidaré nunca”, declaró Ancelotti recientemente cuando le preguntaban si se iría disgustado alguna vez con el equipo.
Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), confirmó la llegada a la canarinha de Ancelotti.
Vendrá a la mejor selección de la historia, para juntos lograr la sexta Copa del Mundo, con el mejor preparador del mundo, destacó el titular de la CBF.
Según medios de prensa, Carletto tendrá un salario de 10 millones de dólares anuales, viajes en jet privado a Europa, un bono adicional de cinco millones de euros si gana el Mundial, y la posibilidad de organizar un partido amistoso entre Brasil y el Real Madrid.
Las sensaciones ahora son agridulces. Por un lado, su marcha parecía inminente en una temporada en la que fracasó en el intento de manejar una plantilla galáctica y de otro, el reconocimiento de su constancia y calidad en su labor de tantos años.
Un gestor probablemente único e irrepetible, bromista, por lo general atildado, ecuánime y con un aparente dominio del vestuario casi absoluto. Manejar tantas estrellas multimillonarias nunca ha sido fácil para cualquier entrenador.
Alrededor de estas fechas, el pasado año estaba celebrando la conquista de LaLiga y otra épica Champions League. Pero en la contiende 2024/25 se lleva apenas un cetro descafeinado, la Supercopa de Europa.
Termina el ciclo Ancelotti y comienza, el 1 de junio, Xabi Alonso, quien acaba de terminar contrato con el Bayer Leverkusen hace algo más de una semana.
La derrota el domingo del Real Madrid en el Clásico frente al Barcelona 3-4, aceleró la llegada al banquillo merengue de Xabi, nacido hace 43 años en Tolosa, País Vasco.
Hilvanó éxitos con el Liverpool, Real Madrid y Bayern Munich como mediocampista, además de convertirse en campeón mundial con la Roja en Sudáfrica 2010 y ganar dos Eurocopas (2008 y 2012).
Debutará con un compromiso de alto vuelo, la Copa Mundial de Clubes en Estados Unidos, a partir del 15 de junio, con formato de 32 conjuntos
Se especula que entre las exigencias de Xabi está la de fichar a tres futbolistas, un central y dos laterales, o más.
Los nombres más escuchados son el inglés Trent Alexander-Arnold y el hispano-danés Dean Huijsen, aunque se mencionan además a los germanos Jonathan Tah y Florian Wirtz, y el español Alvaro Carreras.