
Como aquel que no quiere las cosas, el italiano Carlo Ancelotti ya está en plan de recogida para su mudanza inminente a Brasil, donde entrenará a la canarinha hacia la Copa Mundial del próximo año.
Mientras se reacomodan los vestuarios del Real Madrid, con el adiós a Ancelotti y el arribo de Xabi Alonso, además de nuevos jugadores, en la Ciudad Condal el ambiente es de fiesta.
Buenas razones tienen los azulgrana para celebrar, después de doblegar por cuarta vez en la temporada a los merengues (4-3 el pasado domingo) y con la Copa del Reya conquistada recientemente.
La contienda hubiese sido redonda con la Champions League, pero el cuadro dirigido por el alemán Hansi Flick cayó en semifinales ante el Inter de Milán.
En todo caso, el mérito de Flick es enorme. Sacó al equipo de un túnel de incertidumbres en la que cayó desde la salida de Lionel Messi, y antes tal vez, y las prestaciones irregulares del neerlandés Ronald Koeman y el catalán Xavi Hernández, ambos exjugadores culés.
Empero Flick puso, en primer lugar, rigor y disciplina. Sacó las mejores versiones de figuras cuestionadas como el brasileño Raphinha y el neerlandés Frenkie de Jong, y animó al veterano polaco Robert Lewandowski a un plus.
Encima, recogió frutos de lo que se venía diciendo de Pedri González y lo elevó al firmamento con brújula del mediocampo. Lo mismo que una perla que sentó cátedra en la Eurocopa con España, Lamine Yamal.
El técnico germano no cejó en su empeño con los jóvenes, y de pronto surgieron nombres hasta hace poco desconocidos, como Marc Casadó, Gerard Martin o Héctor Fort. Además, logró el buen funcionamiento de complementos relevantes del nivel de Dani Olmo y Ferrán Torres.
Una campaña del Barça que termina con nota sobresaliente, con le Supercopa española igualmente en sus manos, y un futuro bastante promisorio.
El color azulgrana pinta bien para el fútbol español y la pregunta en el ambiente es la gran tarea que tiene por delante Xabi Alonso. Sacar del marasmo a un Real Madrid muy tocado y devolverle el rango del pasado reciente.