Historia e identidad cultural: aportes de una institución

El equipo de trabajo de la Biblioteca Pública María Luisa Milanés, de Cauto Cristo, constituye un referente en Granma por sus aportes a la preservación de la identidad cultural a nivel comunitario.

Historia e identidad cultural: aportes de una institución

Además de la promoción de la lectura, en la institución, confluyen acciones de prevención, formación en valores y actividades relacionadas con la historia local y de la provincia.

Una amplia gama de ofertas literarias llega a los públicos en todas las localidades del territorio, como parte de un proceso donde participan diferentes sectores e instituciones.

El quehacer en la entidad ha ganado el reconocimiento tras cuatro décadas de perfeccionamiento en esa gestión documental que garantiza mayor vitalidad en el acceso a los conocimientos, el entretenimiento y la educación de calidad.

Mayra Mendoza López, directora de la biblioteca, explicó que la garantía de esas propuestas literarias es fruto de un convenio interinstitucional: “Hemos desarrollado una ardua labor, en vínculo estrecho con varios centros del territorio, como los educacionales, las salas de televisión, las bodegas, la casa de cultura, además de las organizaciones políticas y de masas.

“Disponemos de un plan con enfoque preventivo y los espacios fijos suman 14, algunos de ellos dirigidos a los adolescentes y jóvenes en lo fundamental, con temáticas, como la importancia de las relaciones sexuales protegidas, los riesgos del embarazo en la adolescencia y de los hábitos de consumo de drogas.

“Las personas en situación de discapacidad reciben una atención diferenciada en la comunidad de Babiney. En cada encuentro con ellos, facilitamos su inserción social en acciones para su beneplácito.

FOTO Andy Zamora Zamora

“Estos cuarenta años nos han servido para crecer como colectivo, tanto en la formación, en la ampliación de oportunidades para la lectura en cada barrio, así como en las alianzas que hemos creado. La institución cuenta con casas bibliotecas en La Seis y Tranquera y una treintena de minibibliotecas distribuidas en los seis consejos populares.

“En las zonas intrincadas tenemos títulos que rotamos bimensualmente en función de las necesidades nuestras y de los lectores”, aseguró la también fundadora de la entidad.

La sala de lectura, ubicada en el poblado de El Jardín, ha potenciado actividades de mayor calidad durante tres años, con la sistemática atención de un trabajador graduado de Ciencias de la Información, muestra de un salto cualitativo necesario. Allí la Sala de televisión creó la capacidad para el trabajo de esta institución.

Experiencias positivas gana este grupo que inició solo con tres trabajadores en 1983 y ya comparten las tareas entre una veintena de integrantes.

Su labor implica el apoyo a la formación de los estudiantes de Bibliotecología en el Instituto Politécnico Ernesto Ché Guevara del municipio y actividades en las escuelas, el círculo infantil, la Casa de abuelos y los centros laborales.

Esa amplia gama de acciones está concebida en una programación cultural diversa, diseñada para cumplir con los objetivos previstos y tomando en cuenta el fondo bibliográfico existente.

“En ese programa que actualizamos mensualmente, incluimos actividades para los lectores, pero también para los creadores del territorio. Nuestra referencia es el estudio de los gustos de los diversos públicos.

“Nos proponemos siempre formar valores éticos y morales, acordes con los principios de la Revolución y las posibilidades que nos ofrece el convenio de colaboración entre las instituciones, organismos y organizaciones.

“Aportar a las investigaciones resulta uno de nuestros propósitos y garantizar la bibliografía para eventos que promuevan el cuidado del medio ambiente. De forma coordinada realizamos una promoción de nuestro fondo. Tal es el caso del espacio Libro – película – debate, para promover la literatura relacionada con el tema de la proyección de la semana en el cine municipal”, explicó Yolennis Ramírez Rodríguez, técnica de programación en la biblioteca.

El nombre María Luisa Milanés posee una trascendencia histórico cultural para la institución y para los granmenses. La escritora fue reconocida por su obra maestra desde la poesía, sobre todo prematura para la primera mitad del siglo XX, dadas las características del machismo imperante para entonces.

La autora, cuyo seudónimo era Liana de Lux, falleció el 13 de octubre de 1919 en Santiago de Cuba, a donde fue trasladada después de intentar suicidarse.

Ivelsy Peña Morales, especialista principal de la biblioteca, declaró que tras el surgimiento de la institución el gobierno local apostó por ese nombre, amén de la relación de la poetisa con la literatura y en el contexto de un municipio nuevo donde había nacido la autora.

“Héctor Milanés, en su condición de presidente de ese órgano, propuso una investigación que ampliamos con la comisión de historia. Convocamos a un concurso de mutuo acuerdo con el municipio de Jiguaní porque el lugar del nacimiento de María Luisa correspondió anteriormente a ese territorio. Participaron periodistas, historiadores, bibliotecarios, creadores y fuimos enriqueciendo los contenidos relativos a su vida y a su obra. A partir de ahí validamos la historia de la biblioteca.

“Logramos un vínculo con María del Carmen Muzio, escritora del libro Dios no te va a entender, que aborda de forma detallada la niñez y el quehacer de María Luisa, hasta sus últimos momentos en el hospital de Santiago de Cuba”, relató Peña Morales, experimentada bibliotecaria con varias décadas de trabajo en la institución.

Desafíos como abrir una cátedra dedicada a la literata, preservar el uso de los libros impresos ante los avances tecnológicos y perfeccionar la formación de los nuevos bibliotecarios, marcan la agenda de quienes poseen muchas fortalezas y un camino labrado como la mejor institución cultural de Cauto Cristo.

La Demajagua

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