Agatha Christie y un misterio real

La dama del misterio, la reina del crimen, la británica Agatha Christie, es considerada hoy la escritora de libros policiales más famosa y leída del mundo.

Con una obra que abarca 66 novelas policiales, seis románticas y 14 colecciones de cuentos, además de incursionar en el teatro con La ratonera, Christie es la tercera autora más popular de todos los tiempos, solo por detrás de la Biblia y William Shakespeare.

A pesar del gran reconocimiento recibido por sus obras, existe una historia que no figura en ninguno de sus libros y que siempre despierta enorme interés: su desaparición durante 11 días en el año 1926.

Todo comenzó el 3 de diciembre de 1926, cuando tuvo una discusión con su esposo, quien le había pedido el divorcio en agosto, pues quería iniciar una nueva vida con su amante Nancy Neele.

Luego del fuerte intercambio, la escritora salió en su auto sin decir a donde iba. Este fue descubierto por la policía a la mañana siguiente cerca de una cantera de tiza en Surrey con ropa dentro, pero sin rastro de Agatha.

La desaparición de la popular novelista desató un frenesí mediático, la historia ocupaba la portada de los principales periódicos británicos de la época, llegando a Estados Unidos, donde apareció en primera plana del diario New York Times.

El ministro del Interior del Reino Unido, William Joynson-Hicks, fanático de las novelas de Christie, presionó a la policía para encontrarla, miles de voluntarios y varios aviones registraban el paisaje rural e incluso el escritor Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, recurrió a una médium para hallar pistas.

Las autoridades interrogaron intensivamente a Archie Christie, su esposo, al enterarse que este tenía una amante.

Durante días no hubo pistas sobre el paradero de la autora, la situación parecía salida de unas de sus novelas y tenía todos los elementos de un gran misterio: un auto abandonado, una esposa desaparecida y un marido infiel.

El 14 de diciembre, finalmente fue encontrada en un hotel en Harrogate, Yorkshire, registrada con el nombre de Tressa Neele, usando el apellido de la amante de su esposo y sin recordar cómo había llegado a ese sitio.

Médicos que la examinaron en ese momento constataron que sufría una perdida de memoria incuestionable, pero existen otras teorías sobre su desaparición, pues algunos señalan que se encontraba en un estado de fuga o trance psicológico, mientras otros insinúan que se trataba de un truco publicitario e incluso de un intento de incriminar a su pareja.

Amnesia temporal, un estado de fuga o una venganza retorcida, nadie puede afirmar con certeza qué sucedió, solo Agatha Christie conocía la respuesta a este misterio que a 48 años de su muerte sigue sin esclarecerse.

Prensa Latina

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