Por Luis Carlos Frómeta Agüero
El estrés es uno de los principales detonantes de enfermedades como alta presión arterial, problemas cardiacos, obesidad e incluso diabetes.
Si dentro de nuestra rutina diaria o semanal, no dedicamos tiempo a desconectar del trabajo y de todos los factores que nos puedan producir estrés, probablemente el grito de ayuda de nuestro cuerpo termine siendo una ida a la sala de urgencias de cualquier hospital.
Esta es la principal razón de que en el mundo se le dedique todo un día a la relajación.
Todo descanso que le brindemos a nuestro cuerpo y sobre todo a la mente, nos permite reordenar las funciones y procesos biológicos de nuestro organismo.
En palabras sencillas, cada vez que nos relajamos ocurre en nuestro sistema lo mismo que ocurre en el sistema operativo de un PC cuando lo reseteamos.
Todo nuestro procesador, que sería el organismo analiza a fondo cada uno de nuestros procesos corrigiendo errores y ayudándonos a reorganizarnos tanto física como mentalmente, tal como sucede cada noche cada vez que alcanzamos el sueño,fase en la que efectivamente soñamos y depuramos nuestro cerebro de toda aquella información que nos perturba y no nos es útil.
Relajarnos significa depurar la mente y el cuerpo, liberarnos de tensiones innecesarias y equilibrar nuestro organismo para que no sufra ningún tipo de colapso que ponga en peligro nuestra salud.