
La operación se desarrolló entre el 6 y el 13 de mayo último a más de 120 metros de profundidad, bajo supervisión de la Inspección de Antigüedades Subacuáticas.
Un equipo de 11 buzos profesionales recuperó piezas selectas del transatlántico, convertido en hospital flotante durante la Primera Guerra Mundial.
Expertos destacan el valor histórico de artículos como la campana de la nave, un binocular de observación y azulejos de su baño turco, que serán exhibidos en el futuro Museo Nacional de Antigüedades Subacuáticas.
El Britannic se hundió en menos de una hora tras impactar una mina alemana cerca de la isla de Kea, con la muerte de 30 personas a bordo.
Construido como lujoso crucero para tres mil 529 pasajeros, fue reconvertido en 1915 con distintivos de cruz roja para misiones sanitarias.
La recuperación enfrentó condiciones complejas por corrientes marinas, profundidad y escasa visibilidad en el sitio del naufragio.
Todas las piezas serán sometidas a procesos de conservación antes de su incorporación a una exposición permanente dedicada al conflicto bélico.