De entre las muchas historias que emergen en las redes sociales, llamó mi atención la publicación de J. Warren Welch, un padre de seis niñas, a quienes ha criado para saber lo que quieren y también para defenderse en cualquier situación, aun así, decidió mandar un mensaje muy claro a todos aquellos que deseen salir con sus hijas.
El orgulloso papá, compartió a través de las redes sociales una imagen con el siguiente texto de su autoría: “Tendrás que preguntarles cuáles son sus reglas. No estoy criando a mis pequeñas para ser el tipo de mujeres que necesitan que su papi actúe como un loco posesivo, para ser tratadas con respeto. Las respetarás, y si no lo haces, te prometo que no necesitarán mi ayuda para ponerte de regreso en tu lugar. Buena suerte, calabaza”.
“No estoy criando princesas”, es la leyenda con la que acompañó el post en Facebook, en donde ya supera los diez mil Likes y se ha compartido más de 68 mil veces.
Mi ejecutivo como ese conjunto de habilidades donde uno aprende a ser responsable de su mundo, a organizarse, a gestionar sus cosas, a aprender de sus errores y a desarrollar un sentido de autoeficacia. Veamos por tanto qué estrategias podemos llevar a cabo para criar niños independientes y seguros de sí mismos.
En primer lugar, resaltan que es importante saber cuándo actuar y cuándo alejarnos de nuestros hijos; es necesario que les proveamos de confianza hacia nosotros como padres o educadores y confianza con ellos mismos; que aprendan a abrirse camino al asumir responsabilidades, que sepan que los actos tienen consecuencias y que las malas conductas impactan en uno mismo y en el entorno.
Insisten en que es la madre, el padre, los abuelos y todo agente social que forme parte de ese escenario próximo del niño, el que educa con su ejemplo, el que nutre o el que invalida, el que da impulso a las alas del pequeño o le aferra a una jaula donde solo habita la indecisión, la dependencia y la frustración.
Es cierto, no existe un manual para ser padres pero sí contamos con algoritmos de trabajo para criarlos como niños independientes y seguros de sí mismos, solo no debemos perder de vista que las palabras dejan huella, que los afectos nutren y que los ejemplos, marcan los caminos.