
Por: Yoenis Pompa Silva
Las construcciones deben ser diseñadas de tal manera que asegure que los edificios y viviendas tengan la fuerza adecuada y alta ductilidad cuando están sometidos a un terreno con grandes movimientos telúricos como el ocurrido 10 de noviembre en la zona Sur oriental de Cuba.
Tras lo sucedido, nueve profesionales de la arquitectura de los territorios Yara, Manzanillo Campechuela y Bayamo estuvieron en el municipio costero de Pilón, el mayor afectado hasta el momento por el desplome parcial y total de las viviendas y paredes agrietadas.
“Nuestra función allí fue dictaminar la habitabilidad y reconstrucción segura de las casas, donde dejamos indicaciones precisas a la población de lo que debían de acometer para salvar lo que quedaba de sus moradas”, apunta Javier Roblejo Laborde, especialista A en Proyectos y Viviendas de la Empresa provincial de Servicios Técnicos del Arquitecto de la Comunidad Granma.
“En el balance de las afectaciones en Marea Portillo detectamos que las casas más dañadas fueron las de tipologías 1 de placa y hormigón, las cuales en su mayoría tenían violaciones en el proceso constructivo y de ejecución de la obra, y de igual manera viviendas de tipología 3, de cubiertas ligeras y mamposterías.
“Encontramos viviendas sin columnas y otras no tenían la cantidad de acero necesarios según la norma, por lo que era imposible que las mismas resistieran la magnitud e intensidad con que se produjo el evento, a ello recomendamos el uso correcto de los elementos de construcción y de diseño sismo resistente de acuerdo a los proyectos de obra”, señala.
Según el dictamen técnico realizado hasta el presente por expertos en construcción e ingeniería unas casas podrán ser recuperables pero otras no podrán ser reconstruidas por el peligro que representa para situaciones de desastres similares.
SOLIDARIDAD VS MIEDO

“Al llegar al lugar no sentí temor, porque el deseo de ayudar a las personas que lo perdieron todo superó el miedo, refiere el Arquitecto Raúl Enrique Jorge Ribero, quien participó en la evaluación pre eliminar de las construcciones que quedaron devastadas por los terremotos.
“Visitamos más de 30 casas y la mayoría de ellas conllevan una actividad de demolición en muros y cubiertas para su restructuración completa.
“La destrucción de las viviendas en Pilón es un referente para seguir las normas establecidas de la construcción, las cuales, en ocasiones no se tienen en cuenta en la dosificación de la obra, ni del criterio del arquitecto de la comunidad.
“La cantidad de acero y hormigones, materiales imprescindible que hace resistente las construcciones a fenómenos sísmicos, depende del tipo tamaño, niveles, diseño y profundidad de los cimientos de la edificación que se ejecuta”, explica.
Aclara que una obra puede tener el cumplimiento de los elementos sismo resistente y de acuerdo al grado de sismicidad y duración del evento es probable que surja una falla en su estructura, pero el respeto a las reglas de procedimientos dadas por el arquitecto y el ingeniero civil, ayuda en gran medida a evitar el desplome habitacional.