Cuba-Clásico: más allá del buen papel competitivo

Llamémosle Cuba-Clásico, TeamAsere o el equipo de toda Cuba. No importan ahora las calificaciones. Lo preponderante ha sido esa excelente actuación de la tropa del mentor pinero Armando Jhonson que nos hizo a todos – aquí o fuera del Verde Caimán-, recuperar aquellos recuerdos de momentos cumbres en el bien llamado pasatiempo nacional. Por primera […]

Llamémosle Cuba-Clásico, TeamAsere o el equipo de toda Cuba. No importan ahora las calificaciones. Lo preponderante ha sido esa excelente actuación de la tropa del mentor pinero Armando Jhonson que nos hizo a todos – aquí o fuera del Verde Caimán-, recuperar aquellos recuerdos de momentos cumbres en el bien llamado pasatiempo nacional.

Por primera vez se pudo inscribir un equipo unificado con peloteros ligamayoristas, de latitudes como Japón o de ligas centroamericanas, junto a los talentos que se desempeñan en el certamen doméstico. Y el fruto recogido fue el esperado: quedar entre los cuatro mejores equipos de la justa, algo que no sucedía desde la primera edición, en el año 2006.

Se colmaron las expectativas y el grupo fue una real familia. Se entregaron en cada partido y el apoyo entre todos era continuo tanto en el campo como en el banco. Por eso, erradicaron las dudas cuando comenzaron con dos derrotas sucesivas en el grupo eliminatorio A con sede en Taichung, Taipéi de China.

En el mitin diario, siempre hubo confianza de que sí podían avanzar a los cuartos de final. En un juego respondieron varios, tanto al madero como sobre el montículo. Y en otro esas “responsabilidades” cayeron en quienes no habían respondido antes de forma positiva.

Talento sobraba en el grupo, pero era necesario mostrarlo sobre el terreno. Despertó al bate el ligamayorista y antesalista Yoan Moncada y, con el aporte del santiaguero Yoelkis Guibert y del matancero Yadil Mujica, llevaron la voz cantante y encararon la difícil tarea.

Ya en semifinales, se debió enfrentar al anfitrión, monarca exponente y poderoso elenco de Estados Unidos, que enrola en sus filas a una pléyade de jugadores bien destacados en MLB. Y aunque no se pudo -cayeron 2-14-, esa derrota no demeritó, para nada, la labor del grupo. Esta rúbrica le permitió a Cuba ganarse un puesto para el próximo Clásico Mundial y para el venidero Torneo Súper 12.

Pero hay más. Si loable fue ubicarse en semifinales, las palmas para el pueblo de Cuba que apoyó y trasnochó para verlos jugar. Se nos despide de los Clásicos el Caballo de los Caballos, Alfredo Despaigne, quien fungió como cuarto bate y era puro aliento para todos. Sus consejos fueron bien seguidos y los más jóvenes habrán aprendido mucho luego de tanto tiempo a su lado.

Además, este V Clásico Mundial dio una medida de que, con un equipo unificado, sí se puede competir de tú a tú contra cualquier rival, y lanza una alerta para que en próximos torneos internacionales, muchos de los que juegan fuera den un paso para incluirse en el conjunto de las cuatro letras. (José Luis López Sado, ACN)

Agencia Cubana de Noticias

Agencia con cobertura nacional de la República de Cuba.

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