La efeméride pretende dar a conocer la crisis mundial del valioso líquido y la problemática que afrontan millones de personas que no tienen acceso al suministro de agua potable, así como las medidas urgentes que se deben tomar al respecto.
En muchos países es un recurso muy escaso o está contaminada y tener acceso a ella es un derecho humano básico.
Este año el tema de esta celebración anual es «Agua para la Paz», para reflexionar acerca de la idea de que el agua puede crear paz o desencadenar conflictos.
La gestión y el uso del agua influyen en la salud pública, la alimentación, la energía y la productividad económica.
El Día Mundial del Agua fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas en 1992, cuando surgió la propuesta en la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro.
El bien llamado oro líquido es un recurso limitado y hace falta una mayor toma de conciencia para su preservación, porque si algún día llegara a escasear, traería consecuencias irreversibles para la humanidad.
Se trata del principal componente químico del cuerpo humano, equivalente entre 50 y 70 por ciento del peso corporal de una persona adulta.
De acuerdo con la ONU, más de un tercio de la población mundial carece de servicios de agua potable segura, lo cual significa más de dos mil millones de personas sin recibir agua de calidad en sus hogares, razón por la que mueren hombres, mujeres y niños cada año.
Para los refugiados, personas sin hogar y quienes viven en la pobreza extrema no hay ninguna posibilidad de gozar este recurso vital.
Un tema central de la ONU es el cuidado y preservación del agua dulce en todo el mundo, como parte del desarrollo sostenible, plasmado en la Agenda 2030.
Actualmente existe mucha preocupación por los recursos hídricos del planeta, pues se observa una disminución significativa de los mismos por el uso indebido y el despilfarro, y otros factores como el crecimiento acelerado de la población mundial. También, por el aumento en la explotación de los acuíferos, la contaminación y el cambio climático y las guerras, causadas no solo por conflictos políticos, sino también por el dominio de recursos naturales como el agua.
Se estima que más de dos mil millones de personas del mundo no tienen acceso directo a fuentes de agua potable y unas cuatro mil 500 millones de personas no disponen de un sistema de saneamiento seguro para su consumo.
Anualmente fallecen 3,5 millones de personas por enfermedades relacionadas con la calidad del agua, y diariamente mueren 700 niños en el mundo debido a diarreas relacionadas con la escasez o falta de saneamiento del agua.