
Por: César Vanega Lozada
La prosa martiana, en la que sobresale el estilo novedoso, vivaz y de gran fuerza expresiva, es esencialmente artística y, al mismo tiempo, ejemplo de literatura puesta al servicio de una causa: las ideas de justicia y libertad para Cuba, América y la humanidad.
Uno de sus primeros esfuerzos en este ámbito fue la publicación de “El Diablo Cojuelo”, cuyo primer y único número apareció el 19 de enero de 1869. Era entonces un adolescente de apenas dieciséis años, y aprovechaba la efímera libertad de prensa que decretara el gobierno colonial, como medida desesperada para tratar de contentar a los cubanos en un país que recién iniciaba la Guerra de los Diez Años. Esta combinación de humor y denuncia revelaba una faceta de Martí que podría sorprender a quienes lo asocian únicamente con la tristeza, el dolor y el sacrificio.
La prosa periodística de Martí está integrada por crónicas y artículos de variada índole y de temas muy diversos, en los que se destacan el comentario personal, subjetivo, la exposición objetiva de hechos o sucesos y la descripción animada de la realidad, siempre en forma bella y emotiva.
No solo abordó temas políticos en su obra periodística, sino que también mostró una profunda sensibilidad hacia los problemas sociales y culturales de su tiempo. La necesidad de llegar a las grandes masas, con el fin de conseguir sus objetivos patrióticos, hace que la mayor parte de sus escritos en prosa pertenezcan al periodismo. Su labor más destacada como periodista puede considerarse el periódico *Patria*, fundado por él el 14 de marzo de 1892 y que se continuó editando después de su muerte hasta el 31 de diciembre de 1898, sirviendo como vocero y guía de los revolucionarios cubanos en las luchas por la independencia.
Por todas estas razones, el periodismo de José Martí ha sido elogiado por la crítica de muy diversos modos. Algunos estudiosos consideran que es “elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en otro idioma”. Otros señalan que se trata de un modo de hacer atento “a la vibración del instante”. En resumen, la variedad y extensión de su obra periodística reflejan su calidad como periodista mayor en el que se aúnan el escritor, el revolucionario y el creador literario.