Poco se habla del rol decisivo de Celia Sánchez en la emblemática batalla de Guisa, que tuvo lugar del 20 al 30 de noviembre de 1958, incluso, el historiador Pedro Álvarez Tabío, en su libro Celia: ensayo para una biografía (2004), texto que documenta su vida y legado, menciona brevemente su liderazgo en el puesto de mando en Santa Bárbara, y su experiencia durante las tensas jornadas de combate que vivieron los guerrilleros.Según el historiador Aldo Daniel Naranjo, afortunadamente, se cuenta con valiosos testimonios de Celia a través de cartas y entrevistas depositadas en la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República, que permiten vislumbrar su papel activo en las operaciones militares, sirviendo como parte del Estado Mayor General del Ejército Rebelde en el aseguramiento de la logística, el control de las finanzas y asistiendo directamente al Comandante en Jefe.Celia también jugó un papel esencial en la preservación de la historia, recopilando documentos redactados por Fidel y otros líderes revolucionarios. A través de sus múltiples visiones sobre los eventos de Guisa, se pueden destacar hitos fundamentales que aportan significativamente a su legado. “Se encargó de coordinar el suministro de recursos bélicos y víveres para las tropas, supervisando a los grupos de suministro dirigidos por el capitán Francisco Tamayo (Pancho) y los tenientes Armando Botello Zambrano, Arístides Guerra Pérez, Pablo Pupo Marrero y Sebastián Arteaga Guerra.“Durante la batalla, el 29 de noviembre de 1958, Celia escribió al comandante Faustino Pérez: ‘El trabajo que hay aquí desde el día 19 es agotador. Hacía hoy tres días que no sabíamos lo que era un pestañazo’. Desde la noche del 19 de noviembre, participó en la explosión del puente de Monjará, crucial para evitar el envío de refuerzos enemigos desde la Zona de Operaciones de Bayamo a solo cinco kilómetros de distancia.Estuvo involucrada en la compra de una planta de radio y otra eléctrica, adquisición de municiones y materiales, y logró conseguir una máquina de escribir y un tocadiscos en Guisa.El 20 de noviembre, tras la destrucción de una tanqueta T-17 con una mina rebeldes, Celia y Fidel se acercaron a la carretera. Aquel día, ella le comentó: “Comandante, desde hacía casi un año que yo no pisaba el asfalto.” A lo que él respondió: “Tengo más tiempo que tú”, antes de que ambos compartieran un momento de desahogo, pisando el pavimento con alegría.Su importancia se extendió a garantizar las condiciones para el trabajo del médico Eduardo Bernabé Ordaz en la cueva de Santa Bárbara, así como de Raúl Trillo Gómez y Eduardo Sarría Vidal en el hospital provisional de El Corojo. Y el 21 de noviembre, sus hermanas Griselda y Acacia Sánchez llegaron a Santa Bárbara para unirse a sus esfuerzos en el abastecimiento de las tropas.Respecto a los combates que comenzaron el 26 de noviembre, Celia relató: “Entró un refuerzo con dos tanques y dos compañías, once camiones con equipos bélicos, ropa, mercancías, de todo, hasta camas y buró. Iban de mudada. Nuestras fuerzas tomaron posiciones magníficas, abrieron trincheras por todas partes. Curunox hizo 200 trincheras. El fuego comenzó a las doce menos cuarto de ese día y continuó sin cesar hasta que se retiró el ejército enemiga en la tarde del 27. Fue un combate de fuego cerrado durante 30 horas. Esto es increíble. No hubo ni un instante de calma.”La victoria tremenda de Guisa, el 30 de noviembre, Celia la celebró con su característico optimismo: “Ya tomamos Guisa, ganamos esta batalla y ahorita ganaremos la Revolución”.Fuente: Aniversario 65 de la Batalla de Guisa: Celia Sánchez, imprescindible para la victoria, por Aldo Daniel Naranjo.
Celia y su papel en la Batalla de Guisa
Poco se habla del rol decisivo de Celia Sánchez en la emblemática batalla de Guisa, que tuvo lugar del 20 al 30 de noviembre de 1958, pero tuvo un papel activo en las operaciones militares, sirviendo como parte del Estado Mayor General del Ejército Rebelde en el aseguramiento de la logística, el control de las finanzas y asistiendo directamente al Comandante en Jefe.
