El 25 de noviembre de 2016 fue un día triste para el pueblo de Cuba, desaparecía físicamente el Comandante en Jefe Fidel Castro, una jornada que la historia de esta nación guarda con mucho dolor. Tras su deceso y en el recorrido que realizaran sus cenizas por todo el país nació una frase que demostraría que Fidel es presencia viva: “Yo soy Fidel”.
Para los granmenses esta frase tiene un significado especial por el vínculo del líder histórico de la Revolución cubana con esta tierra. La primera visita de la que se tiene registro es en 1947 cuando siendo estudiante estuvo en la ciudad de Manzanillo para solicitar la campana de La Demajagua, la que sería utilizada en un mitin en la Universidad de La Habana.
El 2 de diciembre de 1956 por playa Las Coloradas, ubicada al sur de este territorio, Fidel junto a 81 hombres desembarcaría en el yate, que posteriormente le diera nombre a esta provincia, para enfrentar la dictadura de Fulgencio Batista. Después de esta fecha varias serían las jornadas en las que el Comandante en Jefe estuviera en esta zona del oriente cubano durante la última etapa de la lucha por la independencia de Cuba.
Tras el triunfo revolucionario Fidel visitó varias veces la provincia para conocer de su desarrollo e inaugurar importantes programas sociales. Una de esas jornadas fue en el acto conmemorativo por el aniversario 29 del asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo en la que saldría la interrogante al pronunciar su discurso: “¿Cómo podría escribirse la historia de Cuba sin la historia de Granma?”
Sin dudas el vínculo del líder histórico de la Revolución cubana con esta provincia y su gente es inmenso por eso para los granmenses Fidel continúa presente.
