Compuesta por dos fábricas, una en el municipio de Yara y la otra en la Ciudad del Golfo de Guacanayabo, Conservas y Vegetales es líder, además, en los proyectos de sustitución de importaciones para el turismo y la exportación, con la firma de contratos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
La historia hacia mayor vigor comenzó a cambiar hace poco más de dos años, con una resolución del director general de la Empresa de Conservas, en la cual a la denominación de la entidad granmense se le añadió el apelativo de “filial”.
No se trata de una palabra más o menos, “significa más autonomía, desde ese instante y respondemos por nuestros actos, sin tener que consultarlo todo con la empresa que nos creó como su filial”, dice a La Demajagua Jorge Fidel González Dacal, líder de los conserveros granmenses.
Conocido por todos como Pepito, el carismático empresario agrega: “Después de sellar nuestro encargo estatal, decidimos el rumbo de los productos terminados. Venderlos de forma minorista en quioscos construidos por nuestros trabajadores es una tremenda oportunidad”.
Expone que dispusieron de una licencia del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN): “Las elaboraciones llegaban de manera más directa y fresca a la población, e incluso a precios inferiores a los que venden las unidades del MINCIN. Después nos retiraron el permiso, y hoy las ganancias por ese concepto no son iguales”.
– ¿Qué otros resultados les proporciona ser una filial de la Empresa nacional de conservas y vegetales?
-Sin esperar por nadie, distribuimos nuestras utilidades y aprobamos los sistemas y reglamentos de pagos por resultados a los trabajadores: algunos de nuestros choferes, vinculados a las cargas a transportar, ganan más que cualquiera de nuestros directivos.
“El salario es superior entre los trabajadores que más aportan. Estimula y el desempeño es más favorable, sobre todo en la fábrica productora de Yara, donde la remuneración es superior a la de La Manzanillera, colectivo que detuvo sus faenas por varios meses por la falta de bomba para el suministro de agua a la industria.
“Otra de las variantes que nos beneficia es la resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que permite “inyectar” más salario al sistema de pago de los obreros.
Las limitaciones energéticas de este semestre nos han afectado, obligándonos a reorganizar el quehacer, en él es decisivo el grupo electrógeno instalado en Yara, para evitar que se malogren los surtidos que transitan la línea productiva o los terminados.
Inmersos en la “campaña” del mango, Gonzáles Dacal asevera que “el acopio de la fruta no cumple las expectativas para la fecha, por la carencia de combustibles. A las fábricas de Sancti Spíritus y Jovellanos (encargadas de elaborar la compota) hemos enviado 300 toneladas, de las mil previstas para el cierre.
“Confío en que podemos “llegarle” a ese objetivo. Nuestros trabajadores, aniristas y directivos son hombres y mujeres con una consagración a toda prueba. Lejos de consignas, los conserveros de Granma vamos a demostrar que la empresa estatal socialista y la creación de las filiales son un acierto para ser más eficientes”.