En su juventud, como militante del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) visitó las ciudades de Bayamo y Manzanillo. Discursos, proyectos sociales, encuentro con jóvenes y diálogos con veteranos mambises, fueron dinámicas que lo proyectaron como un ferviente luchador revolucionario. El hecho más elocuente lo constituyó el traslado de la campana de bronce de La Demajagua hasta La Habana para alentar a la juventud cubana al combate por la dignidad y la liberación nacional.
En su estrategia política y militar para destruir la dictadura de Batista, escogió los cuartales de Santiago de Cuba y Bayamo, como escalones necesarios para la lucha redentora. El 26 de julio de 1953 vibró en el oriente cubano la nueva epopeya y Cuba conoció a sus valientes libertadores. El pueblo, audazmente, decidió secundar el camino trazado por Fidel.
Entre otros hitos de la cruzada por la libertad estuvo el desembarco del yate Granma por el golfo del Guacanayabo y la gesta homérica de la Sierra Maestra. Revolución y pueblo se fundieron en una misma esencia y anduvieron desde entonces juntas hacia el porvenir.
Más de 80 visitas de trabajo a Granma han sido documentadas por los historiadores, la mayoría de ellas de carácter público, las cuales generaron cambios sustanciales en el desarrollo integral y sostenido de la provincia. En discursos, intervenciones, entrevistas, contactos con los dirigentes políticos y gubernamentales y vínculo directo con las masas, Fidel palpaba las realidades y sueños de la sociedad granmense.
Sirvan la selección y comentarios de 10 de sus muchísimas frases, elocuentes y sinceras, entre los granmenses para ilustrar las múltiples facetas que abarcaba la profunda sencillez y el fervor popular del Máximo Líder de la Revolución.
I
Desde los pinachos de la Sierra Maestra, en plena guerra antibatistiana, Fidel se dolía de la depauperación y la ignorancia de las masas campesinas. Por eso, en septiembre de 1958, al contemplar las llanuras del Guacanayabo, con la vista fija en la zona de El Caney de Las Mercedes, anunció: “Cuando triunfemos vamos a construir en los llanos de El Caney una ciudad escolar para educar a veinte mil hijos de campesinos.”
Esta idea volvió a hacerla notoria en la noche del 1 de enero de 1959, en el discurso que pronunció en el Parque Céspedes, en la ciudad de Santiago de Cuba, donde manifestó: “No nos olvidaremos de nuestros campesinos de la Sierra Maestra y de los de Santiago de Cuba… Por lo menos, en la parte que me corresponda, por un sentimiento muy profundo de gratitud, no olvidaré a aquellos campesinos; y tan pronto tenga un momento libre voy a ver dónde vamos a hacer la primera Ciudad Escolar, con cabida para 20 000 niños. Y lo vamos a hacer con la ayuda del pueblo…”
II
Volvió a la Comandancia General de La Plata el 17 de mayo de 1959, acompañado del Consejo de Ministros en pleno, para firmar en las montañas invictas la Ley de Reforma Agraria, consciente de que su puesta en vigencia produciría la natural oposición de las clases capitalistas.
Necesaria para emprender los cambios revolucionarios que necesitaba la agricultura cubana y sus beneficios a las masas campesinas, todos estamparon su firma en el documento.
Al informar desde Radio Rebelde, nuevamente instalado en la serranía, Fidel planteó: “…nosotros no hacemos leyes por perjudicar a nadie, que nosotros hacemos leyes para beneficiar a la nación, aunque dolorosamente puedan perjudicar a algún sector del país; que nosotros no hacemos leyes por odio o animadversión contra nadie, que nosotros no sentimos animadversión contra ningún sector social, y que comprendemos perfectamente que cada uno de nosotros somos en gran parte una consecuencia del pasado y que todos nuestros intereses y nuestros actos, lo que hemos hecho y lo que somos, lo que recibimos y lo que hacemos, es en gran parte una consecuencia del pasado.”
III
Arribó a la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, en el Caney de Las Mercedes, el 26 de julio de 1960,para conmemorar el VII aniversario de la gloriosa efeméride. En el acto central, Fidel inauguró el primer módulo constructivo del complejo educacional y recordó pasajes de la lucha guerrillera.
Por eso, no sólo celebró el heroísmo del pueblo frente a la opresión batistiana, sino que trazó su conducta en el futuro: “Y nuestro pueblo es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el sacrificio, es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el precio que le obligasen a pagar por su dignidad y por su libertad; un pueblo que no tembló ni temblará nunca ante el precio que tenga que pagar por su felicidad.”
El pueblo no cesaba de aplaudir y exclamar: ¡Fidel, Fidel, Fidel!
IV
El discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en el resumen de la velada conmemorativa de los cien años de lucha, efectuada en La Demajagua, el 10 de octubre de 1968, es memorable por el concienzudo análisis histórico y político que realizó de la cruzada de la libertad cubana y las tesis que dejó sentadas para la cabal compresión del movimiento revolucionario.
Una de esas tesis primordiales señalaba: “Qué significa para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868? ¿Qué significa para los revolucionarios de nuestra patria esta gloriosa fecha? Significa sencillamente el comienzo de cien años de lucha, el comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868. Y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes.”
Ideas meridianas que fueron acompañadas de aplausos y admiración hacia el gran político y orador.
V
Con su presencia, el 11 de enero de 1981, fue inaugurado el hospital clínico quirúrgico Celia Sánchez Manduley, en la ciudad de Manzanillo, justamente un año después de la desaparición de la heroína oriental.
En su discurso destacó los logros de la medicina revolucionaria y los cambios extraordinarios vividos por la provincia Granma en el sector de la salud pública.
En sus palabras destacó: “Se puede hacer mucho por el pueblo, se puede hacer mucho por la patria, mucho por la Revolución. Lo puede hacer un médico cuando se sienta frente a los pacientes que tiene que atender. Él está allí no solo ofreciendo salud, ofreciendo tranquilidad, devolviéndole la felicidad de la salud a un compatriota, a un ser humano; no solo está cumpliendo un deber humano, está ayudando a la Revolución, está fortaleciendo a la Revolución, está defendiendo a la Revolución.”
VI
En un recorrido por la Sierra Maestra, el 21 de enero de 1981, desde el Alto del Naranjo concedió una entrevista a los periodistas José Fernández Vega y Pedro Mora Estrada, del periódico provincial La Demajagua, sobre el desarrollo integral de las montañas y los planes de desarrollo de la provincia Granma.
Entre las ideas expuestas estuvieron el desarrollo de excursiones a las montañas, el fomento de industrias de servicios de hamacas y mochilas para los excursionistas; la recuperación de las 17 instalaciones de la Comandancia de La Plata; y la creación de museos en la zona con mapas y fotos de los acontecimientos militares principales en Santo Domingo, La Plata y Las Mercedes durante la lucha guerrillera.
Durante este recorrido Fidel comentó a Roberto Damián Alfonso González, primer secretario del PCC en Granma, y otros dirigentes, que la provincia debía realizar un esfuerzo para lograr ser merecedora de una sede nacional por la efeméride del 26 de Julio.
En tal sentido apuntó: “Creo que si este año no fuera posible, porque hay fuertes aspiraciones, pudieran luchar por lograr con un buen trabajo de todo el pueblo, ser acreedora a la celebración del 26 de Julio, por ejemplo, en 1982. Tienen que hacerse el propósito de trabajar duramente todo el mundo para lograrlo.”
VII
Llegó a la Plaza de la Patria de Bayamo, el 26 de julio de 1982, para conmemorar con los granmenses la digna sede por la gloriosa efeméride. En su discurso subrayó con justicia y rigor histórico: “¿Cómo podría escribirse la historia de Cuba sin la historia de Granma?”
Por un lado, reconocía que Granma contaba con muchos méritos de carácter histórico, y por otro que con sus reservas humanas y creativas podía seguir aportando páginas memorables a la historia.
Un tanto glosando a Fidel, los granmenses se preguntan con profundo orgullo: ¿Cómo podría escribirse la historia de Granma sin la historia de vida y obra de Fidel Castro en la provincia Granma?
VIII
Después de recorrer las salas del Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, en la ciudad de Bayamo, el 19 de diciembre de 1986, Fidel Castro escribió en el libro de visitantes: “Lleno de infinitas emociones e inolvidables impresiones me marcho de esta histórica y gloriosa casa que dio cuna al Padre de la Patria.”
IX
En la plaza Batalla de Guisa, miles de granmenses, recibieron al Comandante en Jefe el 25 de noviembre del 2000 en tribuna abierta de la Revolución. En las palabras centrales, Fidel recordó momentos trascendentes de la decisiva batalla librada en aquellos escenarios a fines de noviembre de 1958 y exteriorizó el orgullo, la gratitud y la admiración que siempre sentía por sus héroes y mártires.
Una vez más, el estadista confiaba en la capacidad de resistencia del pueblo cubano en su cada vez más sólida unidad revolucionaria. En este sentido sentenció: “Nadie sabe lo que nuestro pueblo, cada vez más unido, más culto y más fuerte, es capaz de alcanzar. No descansaremos en nuestra heroica y digna lucha. Cumpliremos todos los objetivos que juramos en Baraguá. Ganaremos la épica batalla de ideas. Como en Guisa, demostraremos muchas veces que nada es imposible.”
X
El 26 de julio del 2006, más de 100 mil granmenses reunidos en la Plaza de la Patria de Bayamo les dieron la bienvenida al Máximo Líder de la Revolución.
En las palabras centrales del acto, Fidel elogió el esfuerzo del pueblo de Granma, cuyo trabajo y esfuerzo en los últimos años, podían, incluso, servir de ejemplo a los países desarrollados. En sentido encomiástico, afirmó: “… esta heroica provincia que hoy nos llena de admiración y hasta de asombro por los éxitos alcanzados. No tengo que exagerar nada, porque las cosas que aquí señalo, son difíciles de creer.”