Transporte rural: la «engorrosa ruta» de ir y venir

En los últimos cuatro años ha habido una disminución progresiva de las capacidades de transportación de pasajeros en el país; la ruta rural es una de las más afectadas en la provincia de Granma Granma.–A unos escasos metros de la parada, de pie al borde del contén de la carretera que une a la comunidad […]

En los últimos cuatro años ha habido una disminución progresiva de las capacidades de transportación de pasajeros en el país; la ruta rural es una de las más afectadas en la provincia de Granma

Granma.–A unos escasos metros de la parada, de pie al borde del contén de la carretera que une a la comunidad rural de Santa Úrsula-Dos Ríos, con la cabecera municipal de Jiguaní, Ana Lidia Blanco, y alrededor de una docena de personas más, espera con impaciencia que algún transporte estatal pase por allí y los pueda acercar a sus destinos. Son las 11 y 40 de la mañana.

«Llevo más de tres horas aquí y no ha pasado nada», se lamenta Ana Lidia, quien esa jornada perdió el carro particular de las siete de la mañana que llega hasta Bayamo, la cabecera provincial de Granma.

«En esta ruta hace tiempo que no hay servicio de ómnibus, por lo que dependemos de las camionetas y máquinas particulares, cuyos precios oscilan entre los cien y 150 pesos solo hasta Jiguaní, y no importa si coges el carro aquí en Santa Úrsula –que son unos 19 kilómetros– o si lo haces en Las Palmas, Mijaueco o en otro tramo más cercano a la ciudad; para ellos el precio es el mismo», señala.

Lo cierto es que, tanto para Ana Lidia como para otros muchos granmenses que deben trasladarse empleando el transporte rural, viajar se ha convertido en un verdadero «dolor de cabeza».

RUTAS VS. CIFRAS

Desde la empresa provincial de Transporte Integral Granma, Sergio Salgado León, subdirector de Operaciones de dicha entidad, respalda con cifras «que hablan por sí solas» las vivencias de quienes tienen la necesidad de acudir a las paradas y puntos de transportación masiva en las zonas rurales y de la montaña.

«De 83 rutas existentes en la zona rural, actualmente se les presta servicio solo a 46 de ellas con medios propios (son los ómnibus de la empresa), mientras que en el Plan Turquino, de 86 rutas establecidas se les presta servicio a 28, lo que representa apenas el 32 % del cumplimiento del plan», refiere el directivo.

No obstante, apunta que como parte de la estrategia del país para paliar el deterioro progresivo del parque automotor de las  empresas transportistas, el proceso de arrendamiento a formas de gestión no estatal ha permitido, en lo que va de este año, asegurar una buena parte de la cobertura al Plan Turquino, «aunque aún está lejos de satisfacer la demanda para esas zonas», advierte Salgado León.

Es decir, que hoy se les presta servicio a 31 rutas de la montaña con 16 medios arrendados (elevando a 59 las rutas con transporte en esos asentamientos); en tanto, en el resto de la zona rural –un poco más deprimida– se les llega a otras 17 rutas, añade.

En tal sentido, el Subdirector de Operaciones también es enfático al decir que la mayor dificultad de la ruta rural radica en la existencia de pocos medios de transporte en activo que cumplan con los requisitos técnicos para trabajar en la montaña o en determinadas zonas rurales de difícil acceso, «porque tienen que ser carros de triple o doble tracción que garanticen la seguridad de los viajeros.

«La situación más compleja de la empresa se centra en el estado técnico de los medios de transporte, el cual se encuentra a un 33 % debido a las limitaciones financieras que enfrenta el país para adquirir partes y piezas de importación como baterías, neumáticos, motores y otros componentes de repuesto», detalla Salgado León.

Ese panorama se complejiza en estos momentos con el déficit físico de combustible para mantener la frecuencia de viajes, provocando que en todos los municipios granmenses existan rutas afectadas.

«Como alternativa en la provincia, hemos reforzado la presencia de los inspectores populares en los puntos de transportación masiva y en las paradas de mayor accesibilidad de personas, con énfasis en los horarios picos», subraya el directivo.

DESDE LA BASE: RETOS Y SOLUCIONES

Yoandris Rodríguez Suros, subdirector de la unidad empresarial de base (UEB) Transporte Bayamo, asegura a este diario que de los cinco servicios que prestan, el más afectado es el rural en sus seis rutas (desde la cabecera provincial de Granma hasta Caobal, Cuatro Vientos, Flora, Guasimilla, Cautillo Abajo y Trinidad).

«Para estas rutas contábamos con tres semiómnibus diseñados y destinados a estas zonas por sus características técnicas, pero de ellos solo se encuentra prestando servicio uno, pues los dos restantes están paralizados por roturas y falta de piezas de importación, como neumáticos y baterías.

«Con ese único medio que hoy tenemos funcionando le llegamos un día a la semana con dos viajes (uno en la mañana y el otro en la tarde) a cada una de esas seis rutas rurales, pero es una solución insuficiente para quien debe viajar todos los días», reconoce.

En el municipio montañoso de Guisa, Leonardo Urquiza Reyes, director de la UEB Transporte en ese territorio, presenta una situación menos tensa, aunque también tiene puntos flacos.

«En la montaña tenemos 20 rutas, y de ellas 17 han sido cubiertas con dos carros de la empresa que prestan servicio en nueve rutas, y las otras ocho restantes las cubren medios arrendados», precisa.

«Sin embargo, el deterioro de los viales nos afecta bastante porque a pesar del esfuerzo que hacen los camioneros en estas zonas, cuando comienzan los periodos de lluvia se descarna el terreno, queda en la piedra viva, y eso disminuye la durabilidad de los neumáticos», agrega el directivo, quien asegura, además, que el transporte arrendado allí sí ha sido una medida positiva.

«Hablamos de carros que estaban paralizados sin una solución a corto plazo porque la empresa ha sido de las más afectadas por el bloqueo, por lo que de no haberse arrendado aún estarían inutilizados en la base», afirma el directivo.

De ello puede dar fe Wilfredo Rosales Carrazana, trabajador por cuenta propia que arrendó un Kamaz de doble tracción para cubrir la ruta Guisa-El Coco, una comunidad del Plan Turquino, ubicada a más de 30 kilómetros de la cabecera municipal.

«Realmente el carro estaba bien deteriorado y nosotros pusimos el capital en función de cubrir una ruta de muchos pasajeros y caminos escabrosos por los que no sube cualquier medio».

Pero Wilfredo sabe que el éxito de este emprendimiento consiste en poner precios que le generen un margen comercial sin exprimir al extremo el ya menguado bolsillo de los viajeros.

«El carro es como un hijo. Lo reviso a diario, y no dejo que salga a dar su primer viaje sin el examen de rutina, para evitar que se le acumulen roturas que luego encarezcan más el mantenimiento. Además, las personas que transporto por lo general vienen al médico o a trabajar, así que trato de ser razonable con los precios.

«Estoy consciente de que el proceso de arrendamiento es complejo porque hay quienes se aprovechan de la escasez de combustible y de los elevados costos de las piezas para adulterar los precios, pero lo que hay que hacer es cumplir la ley y la contratación», alega.

ALTERNATIVAS SOBRE RIELES

A pesar del complejo panorama que enfrenta la transportación de pasajeros en Granma, como parte de las estrategias del territorio para reducir las afectaciones a la población, se ha logrado cubrir con el servicio de coche motor cerca de una treintena de paradas ubicadas en zonas rurales de varios municipios.

Digno Ortiz Vega, director adjunto de la empresa Ferrocarriles Oriente, comenta que desde hace tres años,

aproximadamente, se mantiene el servicio en la ruta Bayamo-Mabay, mientras que, desde el pasado 2022, se incorporó el coche motor 4135 que cubre la ruta Yara-Bartolomé Masó, y Yara-Sofía, de lunes a viernes.

De igual modo se presta servicio en diez kilómetros del municipio de Media Luna, en la comunidad rural El Colora’o; al tiempo que se cubren zonas rurales del municipio de Río Cauto con el tren Bayamo-Camagüey, y Bayamo-Santa Lucía, en Las Tunas.

«El impacto ha sido muy grande y la satisfacción de la población es notable, pues el pasaje cuesta, como promedio, diez pesos para los adultos y cinco pesos para los menores de edad».

«De ahí que para seguir apoyando la transportación ya se prevé restablecer las rutas Bayamo-Guamo y Bayamo-Manzanillo, esta última con posibilidades de iniciar este año», asevera Ortiz Vega.

***

De acuerdo con el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, en los últimos cuatro años en el país ha habido una disminución progresiva de las capacidades de transportación de pasajeros en todas las modalidades, lo que ha traído aparejado una reducción de la oferta de servicios y de su calidad.

«Se necesitan entre 40 y 45 millones de dólares para mantener los servicios de transporte para pasajeros, sin contar el dinero para nuevas inversiones, y esas cifras no se pudieron garantizar en 2022», explicó en febrero último el Ministro.

Ello significa que el camino de la recuperación no será corto ni fácil. Se necesita, entonces, que con los recursos actuales primen más el control, la organización y la objetividad de directivos y transportistas para aliviar la «engorrosa ruta» de ir y venir en transporte rural.

Periódico Granma

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