Alié Sánchez Sánchez: Liderando la reconstrucción

Alié Sánchez es un líder forjado en la adversidad, al frente de su brigada de linieros, con la mirada fija en el horizonte de la reconstrucción. A sus 37 años, siente el peso de la juventud que lo rodea, guiando a un grupo de linieros, que bajo su dirección, asumen con responsabilidad cada conexión eléctrica.

Al medio, Alié, con su equipo de trabajo.

La esperanza brilla en sus ojos, y su energía contagiosa es algo que solo quienes se dedican a esta noble profesión pueden comprender.

Lleva casi un mes alejado del calor de su hogar en Niquero, trabajando en Imías y San Antonio del Sur para restaurar el servicio eléctrico. Con apenas 24 horas para abrazar a su esposa e hijos, este liniero experimentado a pesar de su juventud, asume una nueva y comprometida misión: devolver la electricidad al poblado de Caimito, en Artemisa.

“Hoy trabajaremos en la reparación de la línea de 33 KV del interruptor 50-50, que alimenta la subestación de El Naranjo, con el objetivo de restablecer el servicio hasta la misma subestación y así brindar electricidad a nuestros clientes”, explica Sánchez.

Sobre sus hombros recae la responsabilidad de evitar accidentes laborales, especialmente al liderar a tantos linieros noveles.

A pesar de las dificultades de acceso a los lugares de trabajo, su equipo no se rinde en su objetivo. Abren trochas, reparan, cambian postes, crucetas, aislamientos y dan tensión a la línea para prevenir averías.

“Siento una gran satisfacción al aportar mi granito de arena, como dice el buen cubano, y dar un paso al frente en cualquier tarea que la Revolución y nuestra Empresa nos encomienden. La misión ha sido difícil, pero no hay duda de que el ciento por ciento de los pobladores de Caimito tendrán electricidad.

“Mis muchachos, aunque son jóvenes, están siempre dispuestos a brindar su apoyo para restablecer el servicio eléctrico a nuestros clientes lo antes posible. Esta es nuestra tarea y la realizaremos con satisfacción. La población está muy contenta con nosotros”, añade con orgullo.

“Granma vencerá”, repite Alié como un mantra, un canto inspirador que motiva a su equipo. Cada trocha que abren en la maleza es una promesa de que la luz regresará a los hogares, iluminando las vidas de la comunidad.

La alegría de servir se entrelaza con el sacrificio; su hogar en Niquero queda distante, pero en cada paso lleva consigo el calor de su familia, que lo impulsa a seguir adelante.

“La distancia es difícil. Uno tiene a los niños y a la esposa. La familia es el motor que me impulsa a enfrentar todas estas tareas, ¿ves? Estoy orgulloso de tener la familia que tengo, que me ha apoyado en todos los momentos en que he tenido que salir de nuestra provincia para brindar servicio a otras partes del país. Estoy muy contento y dispuesto a seguir luchando por nuestra empresa y a ofrecer nuestro servicio”.

Tras semanas de trabajo intenso, el abrazo fugaz con su esposa se convierte en el combustible que alimenta su deseo de restaurar el orden.

Consciente de que su sacrificio forma parte de un bien mayor, Alié encuentra satisfacción en su labor, sabiendo que cada desvelo es, en esencia, un acto de amor hacia la comunidad.

Anaisis Hidalgo Rodríguez

Comparte si te ha gustado